Niña en sus ojos Reina en su tierra Capítulo 10
Niña en sus ojos Reina en su tierra (Jazmín) novela completa
CapÃtulo 10
Jazmin no mostraba ni una pizca de emoción en sus ojos, pero en su rostro se dibujaba una impaciencia creciente. La voz de la joven, algo ronca y teñida con un tono de ira a punto de estallar, sonó firme: âNo me interesa ni lo más mÃnimo cómo llegaste a la casa de los Alcaraz, ni cómo terminaste siendo hija de esta familia.â
âNo me importa lo que piensen Santiago y Magda.â
âSi lo único que tienes para decirme son estas tonterias, ya te puedes irâ
Al oirla llamar a Santiago y Magda por su nombre, Greta la miró sorprendida. Greta no podia creer que en realidad le diera igual.
T
Merdiendose el labio, con una expresión de agravio dibujada en su rostro, dijo: Jazmin, ¿siques enojada conmigo? Te estoy diciendo todo esto porque no quiero que me malinterpretes. Vamos a vivir bajo el mismo techo y preferirÃa que nos lleváramos bien. Eso es lo que nuestros padres querrÃan ver. Ellos ya trabajan lo suficiente para darnos una vida sin preocupaciones. Si encima les damos más problemas por no llevarnos bien, serÃa muy injusto.â âGreta, si yo fuera tu, me mantendria al margen y no and aria pavoneándome con un bolso falso para luego burlarme de quien compra una auténtica.â Jazmin normalmente no se molestaba en lidiar con alguien tan falsa y mediocre como Greta.
Después de todo, rebajarse al nivel de una tonta era perder el tiempo y podÃa afectar su propia inteligencia.
Pero en los próximos meses tendrÃa que vivir bajo el mismo techo que Greta.
Aunque quisiera evitarla, no podria.
Y peor aún, quizás Greta pensarÃa que Jazmin le tiene miedo y se pondrÃa aún más insoportable.
Dado que Greta se estaba poniendo en bandeja para ser humillada, JazmÃn no tenÃa por qué ser indulgente.
Mirando a la joven de ojos rojos y aparentemente herida por su trato, Jazmin esbozó una sonrisa frÃa, se levantó y se acercó a Greta con tal rapidez que, antes de que reaccionara, ya tenia el mentón apretado entre sus dedos.
Con sólo una leve presión de sus delicados y bonitos dedos, Greta ya estaba retorciéndose de dolor, arrugando su pequeño rostro.
âJazmin, ¿qué⦠que estás haciendo?â
La mirada de Jazmin era gélida mientras su otra mano acariciaba lentamente el cuello de Greta, su sonrisa era helada y cruel.
Greta, cada vez más aterrorizada, levantó su carita pálida, su cuerpo temblando sin control: âJazmin, ¿qué estás haciendo? ¡Sueltame!â Ahora no habÃa rastro de ese tono molesto en su voz.
La mirada de Greta era de puro desdén, como si estuviera mirando a un niño con problemas mentales.
âEscucha, dijo Jazmin con impaciencia, luchando contra el sueño, âlo que te importa a ti no me interesa en lo absoluto. La familia Alcaraz no es suficiente como para que me importe. Asà que sigue siendo la niña rica de los Alcaraz y no me molestes, ¿entendido?
Si hay una próxima vez, yoâ¦â JazmÃn hizo un gesto con la mano como si cortara un cuello.
Si no dormÃa bien, JazmÃn tendia a ser irritable y explosiva.
Y justo en esos momentos, Greta tenÃa que venir a molestarla.
JazmÃn no la habÃa golpeado, y eso ya era muestra de que estaba conteniendo su temperamento.
Mientras Greta la miraba con ojos llenos de miedo, JazmÃn retiró su mano, su ira estaba a punto de desbordarse, y sus ojos se teñÃan con un brillo rojo siniestro: ¿No te has ido aún?â
Greta, pálida, temblaba como un flan, mirando a JazmÃn como si viera a un monstruo, con puro terror en sus ojos.
Se dio la vuelta y corrió hacia la salida, huyendo con tanta velocidad como si realmente algo horrible la persiguiera.
Al llegar a la puerta, se tropezó y casi cae al suelo.
Apenas habÃa salido de la habitación cuando la puerta se cerró de un golpe detrás de ella, y por poco choca contra ella al tratar de mantener el equilibrio
El rostro de Greta pasó de pálico a un tono rojo.
No podia creer que una campesina recién llegada se atreviera a tratarla asÃ.
¿Quién se creÃa que era Jazmin?
Al dÃa siguiente, cuando JazmÃn bajó las escaleras, se encontró con una familia de cuatro, que parecÃa disfrutar de una mañana perfectamente
armoniosa
Magda conversaba con Greta, su rostro severo se suavizaba con una sonrisa gentil, mientras su esposo Santiago se sentaba a su lado.
Al igual que Magda, Santiago era la imagen del éxito empresarial, un verdadero tiburón de los negocios. JazmÃn y Bosco habian heredado su apariencia,
asà que, a pesar de estar en la mediana edad, Santiago conservaba un rostro atractivo y vendible.
Santiago charlaba con Bosco, padre e hijo compartian sonrisas, creando una escena bastante conmovedora.
Las risas resonaban de vez en cuando.
Y entonces apareció JazmÃn, y todo el jolgorio se detuvo de golpe.
âJazmÃn, ¿cómo te has sentido desde que te mudaste?â
Santiago rompió el silencio.