Niña en sus ojos Reina en su tierra Capítulo 154
Niña en sus ojos Reina en su tierra (Jazmín) novela completa
CapÃtulo 154
A su lado, resonó la voz masculina baja y magnética de Elio: âDe camino para acá vi a alguien vendiendo flores, pensé que a las chicas jóvenes les gustaria esto, asà que compré un ramo de paso.â
Jazmin: â
¿Chicas jóvenes?
¿Acaso Elio la estaba tratando como a esas niñas que les gustan las flores y los peluches?
Las flores se veÃan frescas, con pétalos rojos sobre los cuales rodaban gotas de agua.
Con solo mirarlas, JazmÃn sabia que ese ramo no lo habÃa comprado en cualquier lugar.
El papel con el que estaban envueltas era fino y llevaba una cinta de seda que no debÃa ser barata.
Era evidente que eran flores de una floristerÃa de lujo.
Jazmin no era la primera vez que recibÃa flores, pero si era la primera vez que alguien le regalaba rosas rojas. Miró con recelo al hombre que tenÃa al lado, de rasgos nitidos y aire distinguido.
Seguro que él sabia lo que significaban las rosas rojas.
Al sentir su mirada, el hombre a su lado giró la cabeza, sus ojos frios y profundos se encontraron con los de ella.
La mirada del hombre era sincera, Jazmin no vio nada más en sus ojos, no parecÃa tener otras intenciones.
Quizás, ¿estaba ella pensando demasiado?
Ese hombre, con el fin de que ella tratara bien a su abuelo, habÃa comprado las flores especialmente para congraciarse con ella.
Ai v
I ver que Jazmin no las tomaba, Elio de repente se arrepintió de haber seguido el consejo de Caleb y preguntó con voz suave: â¿No le gustan, señorita Jazmin? Si no son de su agrado, podemos deshacernos de ellas.â
JazmÃn mordió su labio inferior, sin decir si le gustaban o no, y después de un momento, extendió la mano para tomarlas.
Bajo la mirada para ocultar la emoción en sus ojos y dijo con voz tenue: âGraciasâ
Fue entonces cuando Elio esbozó una sonrisa.
Era un hombre de una belleza impresionante, y al sonreir era aún más cautivador, dificil de ignorar: â¿Ya comió, señorita Jazmin? ¿Qué tal si buscamos un lugar para cenar y luegoâ¦?â
âNo hace falta.â Jazmin no lo dejó terminar, lo rechazo de inmediato, âVamos directo a ver a su abuelo, tengo otros asuntos esta noche, estoy apurada, muy ocupada.â
Estaba claro que, aparte de tratar al señor Real, ella no querÃa tener más que ver con Elio.
Elio sintió la distancia deliberada de la joven.
Apuro los labios y en sus ojos se reunió un toque de emoción indefinida.
Parecia que la muchacha no le tenÃa mucho cariño.
Elio Real, acostumbrado a ser perseguido por el sexo opuesto, comenzó a dudar de su propio encanto, preguntándose qué habia hecho para desagradar a la joven.
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Capitulo 154
¿SerÃa porque la habia mandado a seguir?
Elio no pudo adivinar la razón y le extendió los postres empaquetados y el café con leche que habÃa traÃdo a la muchacha de mirada frÃa: âLos postres son frescos y también traje tu café con leche favorito. Si tienes hambre, puedes comer algo en el carro.â
Jazmin se sorprendió y bajó la vista hacia los postres y el té con leche que el hombre le ofrecia, esa sensación extraña que no podia describir y que la ponÃa un poco nerviosa volvió a surgir.
El gusto por el café con leche era algo que ella habia mencionado al pasar el dia anterior.
No esperaba que él lo recordara.
Si ese era su método habitual para ganarse a la gente, no cabia duda de que Elio era un hombre con estrategias y astucia fuera de lo común.
Don Real siempre habÃa vivido en su casa resort.
La mansión estaba en las afueras, bastante lejos del centro de la ciudad, construida a medio camino de una montaña con un gran paisaje.
El camino serpenteaba y tardaron casi media hora en llegar desde la base de la montaña hasta la mitad.
Al entrar en la montaña, Jazmin miraba con interés a través de la ventana del coche.
Algo afuera parecÃa haber capturado su interés, y Elio notó de reojo que los ojos de la muchacha a su lado brillaban y su expresión se volvÃa más animada, no como su habitual semblante sereno