Capítulo 596

Capítulo 596

Cada dia, al volver del trabajo, su hija le pedía que la abrazara, se quedaba pegada a él un buen rato, además le daba masajes en los hombros, diciéndole lo duro que había sido su día.

Cuando él se enfermaba, ella le preparaba remedios caseros y se los llevaba para que los tomara.

Jazmín de pequeña era muy lista, mucho más que los otros niños de su edad.

Con solo tres años, hacía cosas que superaban los niños de su propia edad.

Justamente porque era tan lista, nunca imaginaron que algo como ser engañada y secuestrada le podría

pasar.

Al final de cuentas, que Jazmin fuera secuestrada, era en gran parte responsabilidad de ellos como padres. No cumplieron con su deber de protegerla.

Santiago se preguntaba, si al recuperar a Jazmín, realmente podrían tratarla igual, con el mismo amor que a Greta, ¿ella aún querría cortar lazos con ellos?

Probablemente no.

Pero entonces, ¿por qué desde el principio pudieron amar a Greta y a su propia hija no le dieron ni un poco de ese cariño?

Santiago lo pensó una y otra vez.

Finalmente, creyó entender el porqué.

Cuando Greta llegó a sus vidas, estaba tan desnutrida, tan pequeña y frágil, que parecía que el viento podria

derribarla.

Su apariencia de vulnerabilidad les rompía el corazón, sintiéndose culpables y deseosos de compensarla.

Pero en Jazmín, no veían rastros de haber sufrido.

Jazmín parecía incluso haberlo pasado bien.

Su carácter tampoco era dulce como el de Greta, sino más bien como el de un erizo cubierto de espinas, era distante, difícil de querer.

Comparativamente, ellos preferían a Greta, quien había estado con la familia Alcaraz por más de una década, siendo obediente y comprensiva.

Aunque Greta no fuera su hija biológica.

“Vamos a firmar, Santiago.” Magda, viendo que Jazmín realmente no quería tener nada que ver con ellos, era más calmada y racional que Santiago, y más realista también. Le pidió a Santiago que le pasara el bolígrafo para firmar.

Esa hija, era como si nunca hubiera existido para ella.

Aunque también se arrepentía.

Pero, con alguien tan distante y frío como Jazmín, no podían contar.

Lo único que le quedaba era esperar por sus dos hijas: Greta y Bosco.

Greta estaba a punto de partícipar en un concurso de piano.

Si pudiera convertirse en discípula de Emiliano, entonces la familia no solo se conectaría con Emiliano,

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sino también con muchos círculos que antes estaban fuera de su alcance, con esperanzas de entrar en el futuro.

Dado que no podían contar con Jazmín.

Lo único que podían hacer era dedicarse completamente a apoyar a Greta.

Santiago, con los labios apretados, firmó en la última página, su mano temblaba mientras lo hacía.

Firmar un documento, algo tan simple, parecía haberle tornado mucho esfuerzo. Al pasarle el bolígrafo a Magda, se vela exhausto.

Instantes después.

Ambos habían firmado el acuerdo.

Desde ese momento.

Jazmin ya no era parte de aun familia.

Bosco, parado en la puerta, tenía el rostro pálido y los ojos rojos.

Jazmín… ya no era su hermana.

Legalmente ya no eran hermanos.

El corazón de Bosco se sentía como si alguien le hubiera hecho un corte…

Los recuerdos de su infancia pasaban por su mente, uno a uno, como una película, esas imágenes familiares y felices, esos momentos de calidez, ahora se convertían en cuchillos afilados.

Cortando su corazón, una y otra vez.

Jazmín tomó el acuerdo, y también lo firmó sin dudarlo ni un segundo.