Niña en sus ojos Reina en su tierra Capítulo 6
Niña en sus ojos Reina en su tierra (Jazmín) novela completa
CapÃtulo 6
Entrando al salón.
Greta tenÃa los ojos rojos y las lágrimas se le escapaban, sollozando con un nudo en la garganta dijo: âHermano, ¿hice algo mal para enojar a JazmÃn?â Bosco miraba fijamente la silueta de Jazmin parada en la puerta. Al oÃr el llanto de Greta, finalmente se volteó con el rostro frÃo.
Al ver a Greta llorar, frunció el ceño y su expresión se volvÃa más sombria. Extendió la mano para secarle las lágrimas con una ternura inesperada: âGreta, no es por ti, deja de llorar.â
âPero parece que JazmÃn me culpa. Hermano, ¿será que soy realmente mala?, he quitado todo lo que deberÃa ser de JazmÃn, si ella me guarda rencor, yo⦠yo lo entenderia.â Greta lloraba con tanto sentimiento que su nariz se habÃa puesto roja y daba lástima verla asÃ.
âGreta, no es tu culpa. Fueron papá y mamá los que se confundieron, tú eras muy pequeña, no recuerdas lo que pasó antes de que te raptaran, es normal.â Bosco miraba a su hermana con los ojos hinchados de llorar y una sombra de tristeza cubrÃa su mirada.
Cuando Greta recién habÃa vuelto a la familia Alcaraz, era delgada y pequeña, parecÃa desnutrida y despertaba compasión.
En aquel entonces, todos en la familia Alcaraz se compadecieron de lo que habÃa sufrido esos dos años y se esforzaban por tratarla bien, intentando compensarle.
Bosco también se compadecÃa de los sufrimientos de su hermana y casi siempre consentÃa a Greta en todo, era muy indulgente con ella.
Su querida hermana, a quien habÃa mimado desde pequeña y a la que no soportaba ni regañar ni castigar, ahora estaba siendo maltratada por JazmÃn hasta hacerla llorar.
La imagen que Bosco tenÃa de JazmÃn cayó al suelo de golpe.
Comparada con la bondad e inocencia de Greta, JazmÃn era como un demonio antipático.
No era de extrañar que la gente del pueblo la llamara un desastre.
âPero Jazminâ¦â Greta levantó sus hinchados ojos rojos, mordiéndose el labio, como si tuviera más que decir.
âNo te preocupes por ella, solo está celosa de ti.â
Bosco, viendo a su hermana tan frágil y bondadosa a su lado, sintió un frÃo en la mirada y dijo con voz helada: âNo temas, Greta, con tu hermano aquÃ, si se atreve a hacerte algo, no la dejaré pasar! Si puede comportarse y llevarse bien con nosotros, perfecto, si no⦠haré que no pueda quedarse en esa casa.â
âSeñorita JazmÃn, esta es tu habitación. Aquà tienes el vestidor, el baño y aquà es donde estudiarás normalmente. En el escritorio están la computadora y el celular que te compraron el señor y la señora, ambos de Apple, dijeron que asà te serÃa más fácil estudiar y comunicarte en el futuro.â
âSi tienes hambre, puedes bajar a comer o pedir que te traigan la comida aquÃ. Yo me voy a ocupar de otras cosas, si necesitas algo más, llámame.â
âEstá bien, gracias Sandra.â JazmÃn bajó la mirada y se quedó a un lado, con una apariencia sumisa y educada.
Era bonita, con una carita pequeña como la palma de una mano y rasgos delicados. Esos ojos profundos y caÃdos brillaban con astucia y cuando estaba en silencio, se veÃa especialmente tranquila y tÃmida, despertando ternura.
La señorita Greta también era hermosa, de esas que crecen siendo elogiadas por su belleza.