Chapter Capítulo 58
La mamá de mi hijo será mi mujer
CapÃtulo 58 Esa misma tarde, Henry estaba en el café cercano a la escuela, donde se reunió con el representante del Grupo Reinhart a la hora acordada.
El representante era un hombre de mediana edad con rasgos bastante refinados y estaba vestido con un traje y zapatos de cuero mientras se veÃa bien.
Después de que ambos tomaron asiento en el café, el hombre se presentó afablemente: âSoy Silas Reinhart, el presidente del Grupo Reinhart. Es un placer conocerte.â
Al escuchar esto, Henry inmediatamente se enderezó en su asiento y dijo cortésmente: âOh, también es un placer conocerlo, Sr. Reinhart. Soy Enrique.
Silas le dedicó una sonrisa casual, y parecÃa bastante entusiasta mientras se reÃa con ganas. â¡Qué refrescante! Ciertamente conoces tus modales, jovencito. Luego, fue al grano y preguntó: âEntonces, Henry, ¿qué piensa tu amigo sobre el trato que estamos ofreciendo para tu proyecto?â
âBueno...â Henry se detuvo, sin saber cómo se suponÃa que debÃa transmitir lo que Timothy le habÃa dicho.
Al darse cuenta de la vacilación del niño, Silas se puso serio y lo incitó jovialmente: âEn realidad, Henry, vine a conocerte hoy con la mayor sinceridad.
Si está dispuesto a vender los derechos de software a nuestra empresa, entonces estamos más que listos para aumentar la oferta inicial de dos a cinco millonesâ.
Henry se esforzó por ocultar su asombro ante esto. ¿Timothy es psÃquico o algo asÃ? ¡No puedo creer que este hombre nos esté ofreciendo cinco millones por el software! Si está dispuesto a aumentar el precio en tres millones en el impulso del momento, ¡entonces seguramente cinco millones no serán el lÃmite superior!
Como era un intelectual y un astuto de la calle, Henry frunció los labios y fingió verse desgarrado mientras decÃa lentamente: âNo sé, Sr. Reinhart... Cinco millones no es exactamente lo que tenÃa en mente. â
En ese momento, la sonrisa de Silas se desvaneció un poco, pero mantuvo una apariencia amistosa mientras reÃa. âHenry, entiendo lo que quieres decir, pero no podemos superar los cinco millonesâ. Hizo una pausa y miró fijamente al chico más joven evaluativamente. âAdmitiré que su software es bastante brillante, y con sus brillantes perspectivas en el mercado, definitivamente vale más que los dos millones que ofrecimos inicialmente. Esa es la razón por la que nuestra compañÃa decidió reevaluar la oferta y en su lugar presentó la suma ajustada de cinco millones. No creo que ninguna otra empresa harÃa una oferta como estaâ.
Henry sabÃa que el hombre se andaba con rodeos, asà que respondió con una sonrisa: âSr. Reinhart, no somos nuevos en todo esto, y estoy seguro de que todos los involucrados tienen una idea clara de cuánto vale nuestro proyecto. De hecho, vine aquà hoy para decirte que mi amigo se niega a vender el software a menos que estés ofreciendo veinte millones. Dicho esto, nos sentimos increÃblemente halagados de que su empresa tenga tanto respeto por nuestro proyecto, pero cinco millones...â ¿
Veinte millones? La expresión de Silas se volvió sombrÃa ante esto. No podÃa creer la audacia de estos niños.
Era muy consciente de que el software definitivamente valÃa veinte millones en el mercado, pero ser engañado y que dos universitarios lo engañaran hirió su orgullo. ¡Son solo niños que todavÃa están mojados detrás de las orejas! ¡DeberÃan agradecernos efusivamente y sentirse tan honrados de que Reinhart Group haya notado su proyecto de software!
Más concretamente, pensó que habÃa sido la persona más grande cuando ofreció aumentar el precio en tres millones. ¡Y, sin embargo, estos punks están haciendo la vista gorda a mi buen favor!
Tan disgustado como estaba, Silas se obligó a calmarse, porque sabÃa que el Grupo Reinhart estaba en una posición precaria en este momento. Adquirir el proyecto serÃa el punto de inflexión para que toda la compañÃa volviera a encarrilarse, por lo que no podÃa hacer una rabieta frente a Henry en este momento.
Tragándose su rabia, Silas forzó una sonrisa amistosa mientras lo engatusaba: âMira, amigo, he pasado por lo mismo, asà que sé cómo piensan ustedes, los jóvenes. Por supuesto que es maravilloso que la gente joven como usted sea ambiciosa, pero debe tener ojo para estas cosas y saber cuándo aceptar la oferta en lugar de vomitar ciegamente sus demandas.
âYa sea que este software suyo valga o no veinte millones, ambos primero deben comprender que somos la única compañÃa en el mercado en este momento que quiere comprar su software; el hecho de que estemos dispuestos a pagar una suma considerable por ello es prueba más que suficiente de nuestra autenticidad. Si te niegas a venderlo, ¿quién puede decir que obtendrás una mejor oferta? Al final del dÃa, el software podrÃa terminar perdiendo todo su valor, y no podrá venderlo en absoluto.
âAdemás, hay mucha gente talentosa que está creando varias cosas de alta tecnologÃa, y vemos que la tecnologÃa es reemplazada por otras aún más innovadoras de la noche a la mañana.
La mamá de mi hijo será mi mujer ¿De verdad cree que su software es el mejor que existe? ¡Ja! No seas ingenuo, muchacho. PodrÃa ser reemplazado por uno aún mejor en los próximos dos dÃas. En ese momento, ¡ni siquiera consideraré comprar el tuyo por poco dinero, incluso si me lo ruegas! ¿Lo entiendes?â
Henry se congeló cuando escuchó esto, desconcertado por el tono amenazante y altivo del tono de Silas.