Chapter Capítulo 65
La mamá de mi hijo será mi mujer
CapÃtulo 65 Iluminada por esto, Sophia reflexionó: â¿Sabes qué, mamá? ¡Eso realmente tiene sentido!â
Lauren resopló indignada. âPor supuesto.â
Junto a ellos, Silas empezaba a verse un poco incómodo por las intrigas de su esposa.
Al ver su obvia vacilación, Lauren frunció el ceño mientras lo miraba con escepticismo. âNo estarás realmente sintiendo lástima por ellos, ¿verdad? ¡No olvides que Reinhart Group pende de un hilo, Silas! Nadie se apiadará de nosotros si nuestra empresa se derrumba. Además, todo lo que estamos haciendo es encerrarlos; no es como si los estuviéramos torturando o algo asÃ. ¿Qué es lo que te preocupa tanto? ¿Tengo pinta de que me desharÃa de ellos y llevarÃa sus piezas en bolsas para cadáveres?
Las pobladas cejas de Silas estaban fruncidas por la preocupación. Le preocupaba que sus esfuerzos se hubieran pasado de la raya, pero después de escuchar la elaboración de Lauren, decidió que ella también tenÃa razón. Expresó su acuerdo, pero aun asà le dijo al mayordomo: âAsegúrate de enviar tres comidas todos los dÃas a sus habitaciones; No quiero que se mueran de hambre.
El mayordomo asintió solemnemente. âPor supuesto.â
Sus labios se curvaron con disgusto, y mientras no decÃa nada, un brillo vicioso brilló en sus ojos de serpiente. No tenÃa objeciones en alimentar a Timothy con tres comidas al dÃa, dado que él era de alguna utilidad para ellos, ¡pero se negó a permitir que Tessa tuviera el mismo privilegio! ¡DeberÃa darle una dura lección a esa pequeña moza por abofetearme hasta dejarme sin sentido el otro dÃa!
Como tal, esperó hasta que la cena terminó y Silas salió de la habitación antes de decirle al mayordomo:
âRecuerda, esa desdichada niña solo come una vez al dÃa y más de eso estará en tu cabezaâ.
El mayordomo se puso rÃgido al escuchar esto, pero después de un momento de vacilación, accedió.
Mientras tanto, Tessa habÃa sido beligerante y manÃaca desde que la arrojaron a la habitación. Golpeó la puerta con los puños y gritó obscenidades, pero nadie le prestó atención.
Apretó los dientes mientras la rabia corrÃa por sus venas. El odio profundamente arraigado en su corazón la estaba consumiendo.
Inicialmente, Tessa habÃa venido a la casa mentalmente preparada para que Timothy no la siguiera de regreso a casa, pero resultó que habÃa subestimado profundamente lo despreciables que podÃan ser Silas y su nueva familia. Lo que no esperaba era que la mantuvieran cautiva también.
¡Y todo es obra de Lauren! ¡Esa perra traicionera!
Sin embargo, Tessa no tenÃa intención de quedarse allà esperando su turno para ser colgada en la horca. Respiró hondo y se obligó a calmarse, luego decidió buscar una manera de salir de aquÃ; si no se iba ahora, ella y Timothy se convertirÃan en corderos de sacrificio, listos para ser sacrificados en el altar de los Reinhart.
Con renovada determinación, se acercó a la ventana del dormitorio y se asomó, evaluando su viabilidad como ruta de escape.
Ella estaba en el segundo piso. Se imaginó saltando del alféizar de la ventana y huyendo, y aunque existÃa la posibilidad de que la atraparan, no tenÃa mejor opción.
La mamá de mi hijo será mi mujer Ella respiró hondo. ¡Una vez que salga de aquÃ, encontraré una manera de sacar a Timothy también!
Luego, se tragó sus preocupaciones y finalmente se calmó. Rebuscando en los cajones, encontró un par de tijeras y se puso a trabajar cortando las sábanas. No me quedaré en este lugar repulsivo ni un minuto más, pensó sombrÃamente.
En Pinnacle Residence, Nicholas y Gregory habÃan estado esperando fuera del apartamento de Tessa durante más de una hora, y ya eran cerca de las 9:00 p.m.
Nicholas habÃa mirado su reloj innumerables veces mientras esperaba, y Gregory habÃa preguntado una docena de veces: â¿Por qué la señorita Pretty Lady aún no está en casa?â Por desgracia, ninguno de los dos tenÃa sus respuestas, porque Tessa nev apareció y tampoco cogió su teléfono.
Por un lado, Edward no pudo evitar preocuparse mientras señalaba vacilante: âPresidente Sawyer, por lo que sé, el hermano de la señorita Reinhart es estudiante universitario. Ãl deberÃa estar en casa ahora incluso si ella no ha regresado; la casa no deberÃa estar vacÃa a esta hora. ¿Cree que deberÃamos enviar a alguien a buscarlos, señor?
Acababa de decir esto cuando el vecino de al lado asomó la cabeza por el pasillo. Alarmado por la vista de las tres figuras revoloteando en el pasillo, el vecino dio un paso atrás con cautela.
Sin embargo, al notar que estas tres figuras no parecÃan personas comunes, preguntó con curiosidad:
âDisculpe, señor, pero ¿tal vez está buscando a alguien a esta hora?â