Capítulo 126
Se Volvió Loco Tras Mi Muerte ( Violeta and Maurino )
CapÃtulo 126
En su vida pasada, asà era Violetaâ¦
Después de desayunár.
Estaba vestida con un uniforme de cuello abierto en color negro, con una cadena de plata colgada de la corbata y un distintivo de escudo escolar dorado en el pecho, su uniforme éra incluso más refinado que los de las escuelas públicas. Sentada en el coche, Violeta miraba el paisaje a través de la ventana, mientras Maurino, vestido con una camisa negra, acariciaba el largo cabello de la chica. âEn tu nueva escuela no tienes que preocuparte por adaptarte al nuevo ambiente.â
âSi pones en tus compañeros el mismo afecto que me tienes a mi, pronto no estarás sola.â
Dana, quien estaba conduciendo, miró a través del espejo retrovisor al hombre en el asiento del copiloto y rápidamente apartó la mirada para seguir concentrada en la
carretera.
Violeta apoyó su barbilla en la mano. âHermano, sabes que no me gusta socializar.â
Maurino frunció los labios y asintió. âLa administración escolar no es muy estricta. Si te sientes sola al comer, puedes venir a la empresa a buscarme.â
Violeta negó con la cabeza. âNo será necesario.â
En ese momento, Dana intervino. âHoy el Sr. Paz no tiene nada planeado para el mediodÃa. Si la Srta. Violeta lo considera un lÃo, puedo pasar por ti.â
âNo, quiero aprovechar para familiarizafme un poco más con el colegio.â
Maurino asintió. âEstá bien, no te pongas demasiada presión en la escuela. Puedo mantenerme por mi cuenta.â
Cuando Maurino se mostraba generoso, las mujeres no podÃan resistirse, ya que con su estatus y posición podÃa dar con facilidad lo que otros no podÃan ofrecer.
Nadie podrÃa evitar sentirse fascinado por un hombre asÃ.
Al llegar al Colegio de la Capital.
Dana la entregó a su tutor y tras asegurarse de que todo estaba en orden, regresó al
coche.
Violeta tenÃa una gran capacidad de adaptación a entornos desconocidos. Tras presentarse en su nueva clase, escogió un asiento junto a la ventana, como en su anterior colegio. Si mirába hacia afuera y contaba hasta tres, Adrián aparecerÃa frente a ella.
El colegio no tenÃa una polÃtica muy estricta respecto al uso de móviles; bastaba con no
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usarlos durante la clase. A pesar de eso, algunos estudiantes rebeldes seguÃan recibiendo notificaciones en sus teléfonos.
Aqui⦠realmente era como Maurino habÃa dicho, no habÃa mucha presión académica.
Todo dependÃa de la responsabilidad personal del estudianteâ¦
En cuanto sonaba el timbre, grupos de estudiantes se reunÃan alrededor del escritorio de Vicleta, observándola con curiosidad, tanto chicos como chicas.
âLa nueva chica guapa realmente destaca, ni siquiera pude dejar de mirarla durante la clase.â
âMe encantarÃa acariciar su rostro, se debe sentir tan suave como mi peluche favorito.â âOye, no le faltes al respeto a mi diosaâ¦â
âYo⦠voy a ir al baño.â Con el móvil en la mano, Violeta casi corrió fuera del aula.
âMi diosa, incluso la forma en la que corre parece bastante encantadora.â
Violeta no esperaba que los estudiantes del lugar fueran tan extrovertidos y que incluso los baños fueran de inodoros occidentales. Sentada en el retrete, enviaba mensajes a Adrián: â¿Ya te fuiste a Aguamar? ¿Cómo va el tratamiento de tu madre?â
En el Grupo Paz, la Oficina del Presidente.
Después de que Ernesto informara sobre otros asuntos, Dana habló con voz clara y decidida, âLos compañeros de clase de la Srta. Violeta provienen de familias con negocios asociados a El Grupo Paz. Se han hecho las presentaciones necesarias, y ella no será marginada en la escuela.â
âLa Srta. Violeta disfrutará de sus tres años de preparatoria.â
âEres como tu madre, capaz de descifrar fácilmente lo que pasa por la mente de cualquier hombre.â Maurino dejó su vaso de agua y se levantó, mirando desde lo alto a Dana.
Ernesto notó la mirada del presidente y entendió la indirecta, saliendo de la oficina con discreciónâ¦