Capítulo 32
Se Volvió Loco Tras Mi Muerte ( Violeta and Maurino )
CapÃtulo 32
Violeta, con una voz suave y serena, dijo: âEs claro que me cuidas mucho, hermano, ¿no es asÃ? Siempre tienes tus razones para hacer lo que haces y lo que hagas siempre tiene tu porqué.
Oye, hermano, ¿estarás libre el siete del mes que viene?â
Después de limpiar la sangre, Violeta tiró la toalla manchada al basurero, pero todavÃa tenÃa algo de suciedad en el cabello que tenÃa que limpiar con una toalla húmeda.
Maurino se acomodo, estirando sus largas piernas sin encontrar un lugar cómodo, la miró filamente, âTengo que ir a Aguamar por trabajo, ¿qué sucede? ¿Algo importante?â
Violeta abrió los ojos de golpe y agitó las manos, âNada, nada, solo preguntaba por preguntar.â
Mejor que no tuviese tiempo, en realidad, Violeta no queria que Maurino fuera a la reunión de padres.
Principalmente porque su estatus actual era demasiado llamativo.
Violeta no queria que los demás supieran que su hermano, quien no estaba relacionado por sangre con ella, era el presidente del Grupo Paz.
Ella solo queria terminar la preparatoria tranquilamente.
Pero sus gestos y movimientos la traicionaban por completo, Maurino la conocia bien, la pequeña niña habla crecido y tener sus propios secretos era algo bueno.
Maurino pasó su mano por el cabello de ella. âSi no te duermes ahora, pronto amanecerá. Ve a dormirâ.
Violeta asintió y se levanto del sofá, âHermano, me voy a descansar, tú también deberias descansar prontoâ. Al llegar a la puerta recogió los bocadillos que estaban esparcidos en el suelo y de pronto, con una voz que llevaba un toque de frialdad, preguntó: â¿Con quién has salido?â
Violeta inventó una mentira al vuelo, âEh, ¿no es fin de semana mañana? Pensé en no cocinar y comer algo al paso, para luego estudiar, la próxima semana tengo exámenes simuladosâ.
Tras recoger todo, se apresuró a volver a su habitación, evitando darle a Maurino la oportunidad de percibir algo inusual.
Desde el principio, a Maurino no le gustaba que ella se relacionara con Adrián.
En realidad, Adrián era un buen chico, ella simplemente no entendia por qué su hermano estaba tan en contra de él
En su vida anterior fue igual, los dos eran como el agua y el aceite, involucrados en sectores completamente diferentes y destacando en sus respectivos campos.
El mercado de la capital era muy grande, pero dos tigres no caben en la misma montaña. Por ella, Adrian habia perdido todo.
Violeta volvió a su habitación, se cepilló los dientes y se acostó en la cama, quedándose dormida rápidamente.
Cuando desperto, ya eran alrededor de las once de la mañana.
Vio que, además de la manta con la que estaba cubierta, habÃa una chaqueta negra de traje encima de
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Capitulo 32
ella. La joven, todavÃa somnolienta, se despertó de inmediato al verla. Violeta tomó la chaqueta, se
calzó los zapatos y salió de la habitación, solo para encontrar que no habla nadie en la sala de estar, Maurino se habÃa ido en algún momento.
Cuando giró la mirada hacia la mesa, vio que estaba servida con platos de comida, todos sus
favoritos.
â¿Hermano?â Viendo que la comida aún estaba caliente, pensó que Maurino no se habÃa ido. Sin recibir respuesta, se dio cuenta de que habÃa sido un pensamiento más de su parte.
Como hermano, Maurino era insuperable.
Después de lavarse rápidamente, Violeta comió a la carrera y luego se apresuró a repasar sus lecciones.
Con el calor, los platos podrÃan echarse a perder si se dejaban fuera, asi que los guardó en la nevera.
Maurino, con los ojos cerrados, estaba sentado en el asiento trasero del coche, mientras Ernesto conducÃa hasta que llegaron a una calle no muy concurrida.
Ernesto detuvo el auto con precisión, âSr. Paz, hemos llegadoâ.
El hombre abrió los ojos, que destilaban una sombra de severidad, âBotica de Hierbas.â
â¿Es él?â