Chapter CAPÍTULO 78
La Novia Equivocada Novela de Day Torres
CAPÃTULO 78. Usted no tene idea de lo que voy a hacerle Cuando Meli volvió a abrir los ojos, estaba en una habitación del hospital de la ciudad. Junto a ella, Nathan tenÃa cara de cansado y estaba ojeroso, pero lo primero que hizo fue sonreÃrle.
â Dime que de verdad ya se acabó todoâsusurró Meli con un puchero.
âSÃ, mi amor, ya se acabó todo â le sonrió Nathan besando su mano, y se acomodó junto a ella para besarla suavemente en los labios.
Meli cerró los ojos durante un instante y revivió todo lo que habÃa ocurrido.
â Marilyn... Marilyn está muerta âdijo con tristeza, no por ella, sino porque sabÃa que tendrÃan que decirle eso a Sophia. Fuera quien fuera, aquella mujer habÃa sido su madreâ, Vamos a necesitar que el doctor Brooks se mude a tiempo completo con nosotros â murmuró.
â Ya sé â suspiró Nathanâ. Pero Sophi es fuerte y tiene una familia que la adora. Va a estar bien.
âSolo espero que esta sea la última vez que tengamos que pelear de esta manera, porque te juro que ya no valgo para sustos, Nathan.
âBueno amor, dicen que Dios les da las más grandes batallas a sus mejores guerreros...â â¡SÃ, pero no! ¡A mà me confundió con Rambo, entonces! Que se relaje porque yo asà no puedo seguir â rezongó Meli y Nathan se rio emocionado porque tenerla sana y salva después de todo lo que habÃan pasado era como un milagro. 13 La pequeña costilla rota de Meli no darÃa muchos más problemas, asà que los médicos la dejaron salir en pocas horas. Nathan se la llevó a casa, le dio el baño más casto de la historia y se acurrucó con ella debajo de las mantas como si hubiera esperado por ese instante toda la vida.
â Te amo, Miss Tropiezo âsusurró el su oÃdo. â Te amo, mi âogrutoâ âsonrió ella quedándose dormida de inmediato sobre su pecho.
Los dÃas que siguieron fueron muy especiales. Nathan y Meli se subieron al avión de inmediato y sorprendieron a Sophia y James en Texas, donde estaba jugando Rex ese fin de semana. La familia en pleno se reunió en medio de la alegrÃa y pudieron celebrar no solo que ganaran aquel partido, sino también el hecho de que por fin sus enemigos ya no podÃan hacerles daño.
Contarle a Sophia todo lo que habÃa ocurrido con su mamá fue mucho más duro. Meli y Nathan intentaban disfrazarle la verdad para no lastimarla, pero Sophia ya era una niña grande, y habÃa visto la peor cara de su madre como para no intuir que le estaban mintiendo.
â No lo hagan â les dijo Rex un par de dÃas después, viendo a Sophi ensimismada y pensativa â. Al final todo está en las redes, Sophia lo va a descubrir tarde o temprano. âEsto va a lastimarla mucho â dijo Nathan. â Más va a lastimarla que las personas en quienes más confÃa le hayan mentido. Saber lo que pasó le va a doler un tiempo, pero va a ser mucho menos de lo que le dolerÃa no saber de verdad qué fue lo que pasó con Marilyn y tener que enterarse de mala manera.
âEstá bien âaccedió Meliâ. Voy a... déjame pensar qué decirle.
â¿Me dejan hablar con ella? â pidió Rex. Nathan y Meli se miraron, pero terminaron asintiendo. Una hora después Rex se llevaba a Sophi de paseo al puerto y la sentaba en su regazo mientras le ponÃa su teléfono en la mano.
â Ballenita... lo que vas a ver aquà va a ser muy duro, nena, pero te aseguro que un dÃa te vas a sentir mucho mejor. Nathan y Meli no te quieren mentir, asà que voy a enseñarte la verdad, para que sepas como pasó todo â le dijo Rex â Tu mamá y tu papá no querÃa que las cosas pasaran asÃ, pero por desgracia hay gente en el mundo que no es buena, Ballenita. Lo único que importa es que todos te amamos y vamos a estar aquà para ti. Sophia asintió y vio en silencio todo aquel video. Lloró, porque era normal que llorara, pero Rex la estrechó en sus brazos con fuerza, consolándola.
âYo sabÃa que ella iba a tratar de lastimar a mi mamá y a mi papá... ¡Yo lo sabÃa! âexclamó Sophi con los ojos llenos de lágrimas.
â Pero no lo consiguió, Ballenita â le dijo él, limpiándole las lágrimasâ. Lamento mucho que Marilyn haya muerto, pero debes saber que todos vamos a estar aquà contigo, y que tu hermano y tú son lo más importante para nosotros.
Sophia suspiro mientras lo abrazaba.
â¿Y nunca vas a querer a otra niña más que a mÃ?âmurmuró.5 âNo, mi amor, claro que no. Jamás. Tú eres la sobrinita de mi corazón y nunca jamás de los jamases tendré otra sobrinita a la que quiera más que a ti ârespondió Rex con cariño. 2 Atravesar aquel mal momento ciertamente le llevó a la familia un par de meses, porque por desgracia el corazón no admite parches; pero finalmente llegó el dÃa en que Sophi, sin que nadie la estuviera empujando, se sentó delante de su papá con una hermosa revista náutica y le señaló un velero de cincuenta pies â¿Me lo compras, por favor? âpidió con una sonrisa y Nathan levantó las cejas. â¿Quieres que te compre un velero? â sonrió.
âBueno, no quiero esperar a los fines de semana cuando haya tour de las ballenas en el acuario. Si tenemos un velero, podemos ir a verlas nosotros mismos âdijo la niña encogiéndose de hombros.
â Tu papá no sabe manejar un veleroârio Nathan.
â No pasa nada, podemos tomar clases todos âdijo Sophia y Nathan la levantó en brazos, emocionado.
_âClaro que sÃ! ¡Ve a cambiarte y llama a tu mamá! ¡Tenemos un velero que comprar! â
exclamó Nathan y pocas horas después salÃan de uno de los astilleros de la ciudad con el velero que Sophi querÃa.
Sobra decir que aprender a manejar aquello no fue coser y cantar, pero durante varios meses la familia se unió más tomando clases y finalmente les dieron su licencia privada para avistar ballenas.
Rex ganó su primer Super Bowl ese año, el primero de muchos, y se llevó el Premio al jugador más valioso de la NFL. Sobra decir que James paseó sobre sus hombros por todo el campo después de la victoria, y que ni siquiera llegó a ver el anillo, porque Sophia lo reclamó como suyo, asà que Nathan le palmeó el hombro con condescendencia, âYo te compro una réplica âse burló. Pero al final lo único que importaba de verdad era que estaban unidos, como la familia hermosa que eran, y que los malos tiempos por fin estaban pasando.
Quizás por eso a Meli se le erizó la piel el dia que le anunciaron que el agente Alcott estaba en su puerta.
â Pase, por favor â lo invitó.
â Sé que han estado al tanto de los juicios de los Wilde y del ex gobernador Bharon âexplicó Alcott â. Solo querÃa venir personalmente a decirles que ya fueron sentenciados.
â¿Y? â preguntó Nathan cauteloso.
âVeinte años de prisión, fueron las condenas mÃnimas para Stephanie y Heather Wilde, la cumplirán en diferentes penitenciarÃas asà que mucho tiempo pasará antes de que vuelvan a verse â le informó Alcott y Nathan suspiro aliviado, sabiendo que su familia estarÃa a salvo.
â¿Y qué hay del gobernador? â preguntó Meli. â Thomas Bharon recibió veinticinco años, los cargos contra el fueron mayores porque quisieron convertirlo en un escarmiento, la corrupción dentro del sistema se está pagando muy cara en estos dÃas Meli apretó suavemente la mano de Nathan.
â ¿Y mi tÃo? ¿Qué va a pasar con Aquiles?
â Aquiles Wilde ha sido sentenciado a cadena perpetua por los asesinatos de Russell y Melissa Wilde, y del anterior gobernador ârespondió Alcottâ. Pero no importa el tiempo que pase ahÃ, nunca podrá pagar por todo el daño que causó. â¿Cree que esto será suficiente para los Wilde? â preguntó Meli dubitativa.
â No lo sé â dijo Alcott encogiéndose de hombrosâ, pero al menos tendrán un par de décadas para pensar en ello. Ya pueden dormir tranquilos, de todas formas, voy a tener un ojo pendiente de ustedes, para asegurarme de que siguen bien.
âGracias por venir a decirnoslo â dijo Nathan mientras se levantaba y estrechaba su mano.
El agente Alcott se marchó, y apenas se quedaron solos, Nathan y Meli se abrazaron. No podÃan creerlo, pero habÃan pasado años desde que se habÃan conocido, y todo habÃa sido una cadena terrorÃfica de obstáculos para poder estar juntos.
â No puedo creer que por fin estemos libres, que estemos bien, que ya no haya peligro â murmuró Meli acurrucándose junto a él en el sofá.
â Yo tampoco, los últimos años parecen una pesadilla. No sé cómo hemos conseguido sobrevivir âsuspiró él.
âPor los niños. Porque nos amamos. Porque cuando la gente tiene lo que nosotros tenemos: una familia por la que pelear, entonces todo vale la pena. Nathan asintió besándola despacio, porque ahora tenÃan todo el tiempo del mundo para amarse.
âAsà es, y nunca más, nada ni nadie va a meterse en el camino de nuestra felicidad.
Meli suspiró cuando sintió las manos de Nathan alrededor de sus caderas, pero antes de que él pudiera hacer un solo movimiento para ponerla sobre él, la muchacha lo detuvo y se levantó.
â ¡Espera un momento! ¡Te tengo una sorpresa y llevo demasiado tiempo guardándola para un momento tan importante como este! âexclamó Meli y Nathan se enderezó en su asiento â¿En serio? ¡Caramba hasta me empezaron a sudar las manos! âse rio él. â¡Ya vuelvo, no te muevas de ahÃ! â le advirtió. Meli salió corriendo y se encontró a la primera chica del servicio de la casa.
â¡Todas están libres hoy!
â¿Eh? âse asustó la muchacha. â¡Libres, no trabajan! ¡Tienen diez minutos, vacaciones pagadas hasta mañana! ¡Shú! i Váyanse! 2 La chica salió corriendo alborotada y diez minutos después la casa estaba totalmente vacÃa.
Nathan contuvo el aliento cuando aquella puerta del despacho se abrió de nuevo y lo primero que vio entrar fue esa pierna sexy, desnuda, deliciosa que acababa en un... â¡Nooooooo! âgritó Nathan muerto de risa mientras Meli movÃa seductoramente su pierna arriba y abajo por toda la puerta, pero ese piececito estaba metido en un tacón rojo que Nathan recordaba a la perfecciónââ ¿¡Me vas a atacar con los tacones rojos del demonio!? âle preguntó y la vio sonreÃr con picardÃa. 2 â¡Usted no tiene idea de lo que voy a hacerle con estos tacones rojos, señor King!