Capítulo 104
Emparejada
CapÃtulo 104
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Y eso me dio una idea.
Elegà a algunas lobas no apareadas que creÃa que podÃan guardar un secreto y que sabÃa que querÃan los beneficios sociales. Entonces, llegué a un acuerdo con ellas. Y antes de que me lo preguntes, tenÃa que tener más de una loba, porque si sólo habÃa una, podrÃa haber presión para que esa loba se convirtiera en la pareja elegida y yo no querÃa verme obligado a aparearme con una loba superficial a la que sólo le importara su posición social.
Además, habÃa una razón por la que los acuerdos siempre se describÃan como acuerdosâ. Era ambiguo e impersonal. El trato era que las lobas se turnaban para dormir en el sofá de mi habitación. Se vestÃan de forma provocativa cuando entraban, pero todo lo que hacÃan en mi habitación era jugar con sus teléfonos, ver la televisión o dormir.
Para el mundo exterior, sin embargo, pareceria que estábamos teniendo relaciones sexuales. Una de las condiciones del trato era que nunca le contaran nadie lo que pasaba en mi habitación. Aún no tenÃa el beneficio de un mando alfa, pero hice todo tipo de amenazas para garantizar la total confidencialidadâ.
Lily se quedó sentada mirándome, con la boca ligeramente abierta.
âEspera⦠¿por qué no simplemente⦠te forzaste a tener sexo de todos modos? ¿ Aunque tuvieras que pensar en mi mientras lo hacias?â.
Mierda. Esperaba que no hiciera esa pregunta.
âDiselo, James. Asà no tendré que ser el único que se burle de ti por elloâ,
âCállate, Lukeâ.
â¿James?â.
âTener sexo requeriria que mi pene cooperara. Y no lo hacÃa. PodÃa ponerme duro si pensaba en ti, pero odiaba hacerlo porque eras menor de edad la mayor parte de esos años y también creia realmente que tus acciones causaron la muerte de Stephanie. Pero incluso cuando estaba desesperado por aliviarme y pensaba en ti, bastaba con que otra mujer entrara en la habitación para que se acabara. Mi
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erección nunca durabaâ. a
âAsà que
Suspiré.
¿me estás diciendo que eres virgen? ¿Y mi hermana?â.
âSi, soy virgen. Tu hermana y yo nunca cruzamos esa lÃnea; habÃamos acordado esperar hasta que el vÃnculo de pareja hiciera efecto para que nuestra primera vez fuera muy especial.
Y tu reacción de ahora es exactamente la razón por la que tuve que mantenerlo
en secreto.
Antes me daba mucha vergüenza, pero ahora todo tiene sentido. Era el vÃnculo de pareja todo este tiempo y yo era demasiado estúpido para verloâ.
â¿Y ahora?â.
â¿Quieres preguntar que si ahora se me para? SÃ. Desde que estoy aquà en Hawái contigo, todo lo que tengo que hacer es mirarte y se me para. Puede que no te hayas dado cuenta de cuántas veces he tenido que ajustarme los pantalones hoyâ.
âJames, ¿has visto a un médico por esto? Quiero decir, ¿qué pasa siâ¦?â.
Tragué con fuerza. â¿Qué pasa si no puedo convencerte de que vuelvas conmigo? ¿Estoy preparado para morir virgen?â.
Lily me miró con ojos avergonzados. âSÃâ.
âNo pienso morir virgen, Lily. No he perdido la esperanza de poder arreglar las cosas de algún modo y llevarte a casaâ.
âPero, James, ya hemos hablado de esto. Yo⦠No sé si alguna vez podré hacerloâ. âLo sé, Lily, pero aún quiero intentarlo. No espero que vuelvas conmigo mañana, ni siquiera la semana que viene, ni el mes que viene. Pero sà quiero que me des la oportunidad de hacer que la manada vuelva a ser un lugar seguro para tiâ.
â¿Pero y si no puedes? O
volviendo?â.
¿qué pasa si puedes y aún asà no me siento cómoda
âNo te obligaré a hacer nada que no quieras hacer, Lilyâ.
te artità en la cama y se encontó en la atminhacka, claramente abrumada. Por dengracia, pen fue todo lo que necesité para recordar donde habÃa empezado la conversación en esta habitación. Volvi a sentir la rabia repentina acumulandose
Me puse de ple
âMentiâ.
Se incorporó â¿Sobre qué parte?â.
âLa parte en la que dije que no te obligarÃa a hacer nada que no quisieras hacerâ.
âEh?â
Me acerqué y la levanté, echándomela al hombro. âVas a pasar la noche en mi habitación esta noche. No te preocupes; hay dos camas en mi habitación y no intentaré nada. No puedo soportar que te acuestes en una cama o sobre una almohada impregnada del olor de Bradyâ.
â¡JAMES!â, gritó ella, resistiéndose.
âLo siento, Lily. Pero vas a tener que acceder esta nocheâ.