Capítulo 109
Emparejada
CapÃtulo 109
(Punto de vista de Lily)
Brady me soltó la mano y se pasó las manos por el pelo.
âMira, Lily, por favor, recuerda que ahora soy una persona diferente. No puedo justificar ninguna de las cosas que pasaron entonces y no quiero ni intentarlo. Fui un imbécil y lo séâ.
Sacudi la cabeza. âBrady, ya me dijiste esoâ.
âLo sé. Sólo queria repetirlo para que lo recuerdes. También quiero asegurarme de que sepas que sé lo equivocado que estabaâ:
âBrady, relájate. Entiendo que no eres perfecto. Y lo que pasó debió de ocurrir hace mucho tiempo, por lo poco que séâ.
Brady no dijo nada. Siguió pasándose las manos por el pelo.
âBrady, ¿vas a contármelo?â, le pregunté suavemente. âMe gustarÃa saberlo, pero no tienes que decÃrmelo si no quieresâ.
âNo, quiero decirtelo. Es queâ¦â.
Brady se levantó y empezó a pasearse. Luego, volvió a sentarse, para levantarse un par de minutos más tarde y volver a pasearse. Finalmente, se sentó, apoyó la cabeza en el asiento y cerró los ojos.
âEmpecé a salir con Evelyn cuando ambos tenÃamos quince años. Mi padre, como era de esperar, estaba en contra. DecÃa que no debÃa tener una relación seria hasta que conociera a mi pareja predestinada y que debÃa reservarme para ella. Ignoré su consejo. Evelyn era divertida, amable y absolutamente preciosa. Me sentÃa atraÃdo por ella. Y yo era un m*ldito cachondo.
Perdimos la virginidad a los 16 años. Evelyn se convirtió en mi mundo. Nos veÃamos casi todos los dÃas y me enamoré perdidamente de ella. Seguimos saliendo durante todo el instituto y después de graduarnos.
Mis amigos varones, especialmente los alfa, solÃan hablar de las chicas con las que salÃan y presumÃan de sus hazañas sexuales. Yo era el único que tenÃa una
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novia seria. Mi padre intentó convencerme una y otra vez de que tener una novia seria era un riesgo. No querÃa que fuera como mis amigos y tuviera una mujer nueva cada semana, pero me advirtió de que tener una novia tan seria también podÃa traer complicaciones innecesarias cuando acabara conociendo a mi pareja.
Yo era testarudo y seguà ignorando su consejo. ¿Sin embargo, cuanto más nos acercábamos Evelyn y yo a nuestro vigésimo cumpleaños, más empezábamos a pensar seriamente en lo que harÃamos y en lo que nos pasarÃa cuando conociéramos a nuestras parejas predestinadas. En un momento dado, Evelyn y yo llegamos a plantearnos romper para que no fuera tan duro cuando. encontráramos a nuestras parejas, pero ninguna de los dos querÃa hacerlo.
Por alguna razón, ni a Evelyn ni a mà se nos ocurrió que podrÃamos estar predestinados el uno al otro. Mirando hacia atrás, no entiendo por qué nunca se nos ocurrió; todas las señales estaban ahÃ. Lo único que se me ocurre para explicarlo es que éramos jóvenes y estúpidos.
De todos modos, vimos cómo nuestros amigos empezaban a cumplir 20 años y a conocer a sus parejas. Las conversaciones con mis amigos varones pasaron de las discusiones sobre sus hazañas sexuales a las conversaciones sobre lo diferente que era el sexo con sus parejas que con otras chicas con las que habÃan follado. Mientras tanto, los amigos de Evelyn hablaban a menudo de lo emocionante que era enamorarse a primera vista, del poder del vÃnculo de pareja.
Entre Evelyn y yo, yo cumplà los 20 primero. Estaba increÃblemente emocionado por encontrar a mi pareja. Aunque Evelyn y yo seguÃamos juntos, iba a fiestas y eventos ansioso por descubrir a quién habÃa seleccionado la Diosa de la Luna para nÃ. Me preguntaba si la Diosa de la Luna me emparejarÃa con una rubia de grandes pechos, una morena de cintura diminuta, una pelirroja de trasero perfecto o alguien con una combinación de esos rasgos.
También me ilusioné con lo mucho mejor que serÃa el sexo con el vÃnculo de pareja en comparación con el sexo que habÃa estado teniendo con Evelyn. Eso no quiere decir que el sexo con Evelyn fuera malo. Al contrario, lo disfrutaba mucho. simplemente no tenÃa con qué compararlo, porque nunca habÃa estado con nadie
nás.
Antes de que digas algo, sé que el vÃnculo de pareja va mucho más allá del sexo. âero en ese tiempo, no me daba cuenta. Yo era un inmaduro, un desastre andante
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de hormonas y apenas podÃa pasar tres minutos sin pensar en el sexo. Asà que, cuando pensaba en mi futura pareja, la mayorÃa de mis pensamientos también tenÃan que ver con el sexo.
Al mismo tiempo, la idea de que Evelyn tuviera sexo con otro lobo me volvÃa loco. Decidà que yo tenÃa que ser el primero en encontrar a mi pareja. De esa manera, con suerte me molestarÃa menos cuando ella encontrara la suya. Cuanto más nos acercábamos al cumpleaños de Evelyn, más desesperado estaba por encontrar a mi pareja.
Desafortunadamente, Kalen se opuso a la idea de buscar otras hembras. Todo lo que querÃa hacer era pasar el rato con Evelyn y su loba. En retrospectiva, sólo eso deberÃa haber sido la mayor pista de que Evelyn era mi pareja predestinada. Pero por supuesto, no lo pensé de esa manera. Sóloâpensé que habÃamos pasado demasiado tiempo con Evelyn y su loba en los últimos años, y que Kalen se habÃa
encariñado con ellas.
Las tres noches anteriores al cumpleaños de Evelyn fueron las más difÃciles para mÃ. No dormà nada. En retrospectiva, la falta de sueño probablemente contribuyó a la horrible decisión que tomé. No dejaba de pensar en la posibilidad de que Evelyn conociera a su pareja y de que ese otro i*bécil la tocara Ãntimamente, de formas que sólo yo habÃa hecho. La idea me volvÃa loco.
Finalmente, llegó la mañana del cumpleaños de Evelyn. Fui a casa de sus padres. Le habÃan preparado un gran desayuno de cumpleaños y me habÃan invitado a acompañarlos. En cuanto entré en casa de los padres de Evelyn, me llegó a la nariz un olor abrumador a naranjas mezcladas con gardenias. Kalen empezó a brincar en mi cabeza gritando pareja una y otra vez.
Justo entonces, Evelyn bajó las escaleras. Me di cuenta de que su loba le estaba diciendo lo mismo. Evelyn tenÃa una enorme sonrisa en la cara y bajó corriendo las escaleras para saludarme.
Desafortunadamente, en lugar de sentirme feliz⦠entré en pánicoâ.
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