Capítulo 147
Emparejada
CapÃtulo 147
(Punto de vista de James)
Llegué a la casa de lobos sobre las nueve y media de la mañana. Como era esperar, mi madre y Margie me estaban esperando en la sala de estar.
de
Pasé junto a ellas con la intención de dirigirme directamente a mi habitación en la suite alfa. No estaba de humor para enfrentamientos.
Por supuesto, ellas tenÃan otros planes. Se levantaron y se apresuraron a bloquearme el paso hacia la escalera.
â¿Dónde has estado?â, preguntó mi madre.
âBuenos dÃas a ti también, madreâ, respondÃ, tratando de mantener mi tono lo
más informal posible. âY buenos dÃas a ti también, Margieâ.
Margie me fulminó con la mirada. â¿Dónde has estado, James?â, preguntó
friamente.
Me encogi de hombros. âPor ahÃâ.
â¿Dónde?â, repitió.
âOh, ya sabes. Por aquà y por allá. Intento averiguar a cuántas lobas más puedo embarazar sin acostarme con ellas. Creo que dos es un juego de niños. Necesito tener al menos tres o cuatro cachorros para la primavera, ¿no crees? Y entonces, para el verano, quizá pueda aspirar a tener mi propio equipo personal de
baloncestoâ.
â¡James!â, jadeó mi madre. â¡Eso no tiene gracia!â.
â¿Qué pasa, madre? ¿Te preocupa ser peor abuela que madre?â, me burlé.
Mi madre retrocedió como si la hubiera golpeado. Vi cómo le brillaba el dolor en los ojos. Qué bien.
Margie, como de costumbre, no se dio cuenta de la reacción de mi madre.
âSi Stephanie estuviera viva, no aprobarÃa que andaras por ahà haciendo esoâ, dijo Margie con enfado.
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Vaya, ¿en serio? Sabiendo lo que sé ahora, Margie suena aún más densa de lo que ha sonado en el pasado.
âAh, cierto. Lo siento mucho, Margie. Lo habÃa olvidado por completo. Stephanie, la santa, la virgen, la respetuosa de todas las cosas sagradas y verdaderasâ. Puse los ojos en blanco, asegurándome de que tanto Margie como mi madre me vieran hacerlo. âQué aburridoâ.
Margie extendió la mano y me dio una bofetada, fuertemente.
Me froté la mejilla y sonreà satisfecho. Margie se ha vuelto definitivamente r atrevida en los últimos dos meses. Espero que disfrute de su poder mientras pueda.
â¡Margie!â, gritó mi madre.
Margie se giró y miró a mi madre. â¿Te parece bien que tu hijo nos hable asÃ, Jane? ¡¿Estás de acuerdo con que hable asà de Stephanie?!?â.
âNo, claro que no, Margie. ¡Pero no puedes abofetearle!â.
â¿No puedo?â, preguntó Margie con sarcasmo.
Mi madre no dijo nada. Se limitó a bajar la mirada.
Una vez más, vaya. Ahora sà que están dejando de fingir. Si no estuviera tan enfadado, me habrÃa fascinado verlo.
más
Margie se giró hacia mÃ. âTe lo preguntaré una vez más, James. ¿Dónde estuviste anoche? Y sé especÃficoâ, exigió Margie.
â¿Por qué te preocupas tanto, Margie? ¿Tienes miedo de que Sheila, tu sustituta Stephanie, no esté realmente embarazada? ¿Te sentirÃas mejor si me la follara delante de ti, aquà mismo, en esta sala, por si acaso?â.
Margie levantó la mano para abofetearme de nuevo. Levanté las manos en señal de rendición.
âRelájate, Margie. Sólo estoy bromeando. Mi padre me dijo que tenÃa que
solucionar el problema de Mary Beth para que Sheila y yo pudiéramos casarnos, asà que eso fue lo que hice. Fui a casa de Joey para hablar con él del tema y llamar a Mary Bethâ.
Margie se llevó la mano al costado. Pude ver literalmente cómo se le levantaban las orejas de la emoción. Eso fue rápido.
âY resulta que no tenemos nada de qué preocuparnos. Mi esperma no es tan potente como Joey temia. Todo fue un malentendido. Mary Beth no está
embarazada de mi cachorroâ.
Margie esbozó una sonrisa grande y genuina.
â¿De verdad?â, chilló ella.
âDe verdadâ.
Mi madre y Margie intercambiaron miradas.
â¿Significa esto que ahora aceptarás casarte con Sheila?â, preguntó mi madre.
nerviosa.
Debatà por un momento cómo responder a su pregunta. SabÃa que nunca me creerÃan si simplemente aceptaba.
âNi en un millón de años, madreâ.
La cara de mi madre se descompuso.
âPeroâ, continué, âparece que mi consentimiento ya no es necesario, ¿verdad? Parece que tú, papá y Margie ya han decidido por mÃ, ¿no? ¿Y Nick también?â.
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