Capítulo 98
Emparejada
CapÃtulo 98
Sentà que James sacudÃa la cabeza. âNo⦠creo que deberÃas haberlo hecho. Y creo que necesito otro recordatorioâ.
Con eso, James se inclinó hacia mà y me besó de nuevo. Esta vez, las chispas eran aún más prominentes. Definitivamente se estaban volviendo más fuertes.
âPregunta 3. ¿Cómo te las arreglaste para abandonar la manada el dÃa del rechazo? Las fronteras de la manada se sellaron inmediatamente, pero nadie pudo encontrarte. Ni siquiera estábamos seguros de que hubieras sobrevividoâ.
âNo lo séâ, respondà con sinceridad. âLo único que recuerdo es que corrà hacia el bosque. Justo antes de llegar, sentà varias manos sobre mÃ. Me desmayé y desperté dÃas despuésâ.
â¿Te secuestraron? ¿O te rescataron?â.
Sacudà la cabeza. âAcabas de romper una regla del juego. Una pregunta a la vezâ.
James se encogió de hombros y empezó a quitarse la camiseta. Sentà que se me cortaba la respiración al ver sus abdominales marcados.
âPa⦠paraâ,
balbuceo.
James soltó la camiseta y sonrió satisfecho. â¿Estás bien?â.
Puse los ojos en blanco. âPrimero quÃtate los zapatosâ.
James siguió sonriéndome, pero aun asà se quitó los zapatos.
âTu turnoâ.
âPregunta 4. Guardadoâ.
â¿Ah?â.
âNo tengo una pregunta ahora mismo, pero probablemente la tenga en el futuro.
Asà que, la guardaréâ.
âNo puedes hacer esoâ.
¿Por qué no? Nueva regla: las preguntas que no se usen esta noche puedent daarse en otro momento y fechaâ.
Los ojos de James se abrieron de par en par. â¿Quieres decir que habrá una fecha futura preguntó esperanzado.
Se me cayó la cara de vergüenza al darme cuenta de lo que habÃa insinuado sin querer. Me levanté del regazo de James y me dirigà de nuevo hacia el fuego. James, yoâ¦â.
âPregunta 5. ¿Te veré o hablaré contigo después de esta noche?â.
Mi corazón empezó a acelerarse. Consideré brevemente la posibilidad de ejercer el veto, pero sabÃa que eso no serÃa justo para ninguno de los dos.
Me sentà al borde de las lágrimas. Otra vez. ¿Qué tiene James que siempre me pone asà de emocional?
Miré al fuego, luego al océano y después a los guardias de seguridad que estaban cerca. También me acerqué a Rose. QuerÃa que alguien o algo respondiera a esta pregunta por mÃ, porque yo no querÃa hacerlo.
Pero, por supuesto, tenÃa que hacerlo.
âJames, me lo he pasado muy bien contigo esta noche. Puedo decir que has cambiado y puedo decir que te arrepientes del pasado. Mi corazón desea desesperadamente darte una oportunidad. Si las cosas fueran diferentes, probablemente lo harÃa. Pero yo soy quien soy, y tú eres quien eres, y la manada de la Montaña Occidental es lo que esâ
James se levantó y se acercó a mÃ. Me di cuenta de que a él también se le estaban. llenando los ojos de lágrimas.
â¿Qué quieres decir, Lily? ¿Qué intentas decir?â.
âQuiero decir que me importa cuánto te
han hecho daño. Y estoy dañada. Y no arrepientas de tus actos y cuánto pidas perdón, una parte de mi siempre estará rota. Tú no eres el único culpable. Pasaron muchas cosas en la manada de la
Montaña Occidental; ni siquiera te las he contado todas.
Aunque quisiera regresar allÃ, no creo que sea sano para mÃ. La manada nunca me
captar a como su tuna y nunca podré salir de la sombra de su amor y su luto por Stephanie
donde nos deja eso? Eres el futuro Alfa de una manada a la que no creo que pueda volver nunca. Incluso si quisiera un futuro contigo, James, no sé cómo seria posibleâ.
Vi cómo las lágrimas empezaban a caer por las mejillas de James. Levanté la mano y se las limpié de los ojos, aunque ahora las lágrimas también caÃan activamente de los mÃos.
âLily, por favor, no digas eso. Por favor, no digas eso. Lo arreglaré. Lo arreglaré. Lo haré. Por favor. Sólo dame tiempoâ.
âJames, esto no se trata sólo de mÃ. Tú también mereces seguir adelante. Estoy segura de que pronto encontrarás una pareja de segunda oportunidad. Y los dos podrán tener una relación sin todo la carga que tendrÃa una relación entre tú y yo
James me abrazó. âNo quiero a nadie más, Lily. Te quiero a tiâ.
Le devolvà el abrazo, rodeándolo con mis brazos tan fuerte como pude. Sin dejar de llorar, susurré: âOjalá las cosas pudieran ser diferentes, James. De verdad que sÃâ.