Capítulo 17
Probando la Tentacion – la visita Nocturna del gerente General casto
CapÃtulo 17 La pausa
Botón
âEstá bien.â
Myla no podÃa entender si Fabián estaba borracho o no. PodÃa levantarla y llevarla hacia el dormitorio, pero su comportamiento parecÃa fuera de lugar ya que normalmente estaba tranquilo e indiferente.
Todo se sintió como un torbellino borroso para Myla, como si hubiera bebido demasiadas bebidas. El tiempo parecÃa pasar, e incluso las luces del techo parecÃan balancearse con ella.
Incapaz de soportarlo más, Myla centró su atención en el tatuaje en la clavÃcula de Fabián y mordió
duro.
El dolor repentino hizo que Fabián se detuviera.
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en sus huellas.
âLo sientoâ¦â
âNo puedo soportarlo más⦠Esta es la última vez por hoy, ¿vale?â La de Myla
La voz era ronca, con un toque suplicante de alegrÃa.
Fabián no respondió y fue directo al baño.
Myla no pudo evitar pensar que habÃa encontrado una buena manera de hacer que Fabián se detuviera. Cuando ella mordió su tatuaje, lo único que querÃa era hacerlo
Piensa en la mujer que amaba.
Y parecÃa haber funcionado, ya que él
déjala ir después de eso.
Mientras Fabián estaba en la ducha,
Myla se vistió rápidamente y
Agarró su computadora portátil para seguir trabajando.
Cuando salió del
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En el baño, vestida con una bata negra, habló apresuradamente: âHice una reevaluación completa de la diligencia debida de Herbex y hablaré de ello con su representante. Acabo de reescribir el contrato y me centré principalmente en el incumplimiento del contratoâ.
cláusulas. ¿PodrÃas echarle un vistazo por mÃ?â.
Habló en un tono profesional y educado, como si solo estuviera aquà por motivos de trabajo.
Fabián frunció ligeramente el ceño mientras sin esfuerzo se pasaba los dedos por el cabello húmedo.
â¿No acabas de decir que estabas cansado?â
Myla comprendió instantáneamente lo que querÃa decir. âYo, umâ¦â
âMi asistente traerá la cena pronto.
â¿Eh?â
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âPodemos discutir esto más tarde mientras
comiendoâ, respondió.
Myla lo miró fijamente, momentáneamente
sorprendido tomado.
Fabián mencionó que habÃa
Asistà a una cena de negocios esta noche,
pero aun asà hizo que su asistente trajera
darles algo de comida.
A Myla le vino muy bien ya que aún no habÃa cenado.
Tan pronto como lo siguió al comedor, notó la
exquisitos mariscos y gourmet
platos dispuestos sobre la mesa.
Ella podrÃa decir que esto debe ser de un
restaurante elegante.
âVen, no hay ajo en ninguno de estosâ, Fabián peló hábilmente el cangrejo mientras gesticulaba con la mirada.
para que ella se sentara a su lado.
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Ella nunca se habÃa dado cuenta de cómo
hermosas eran sus manos antes. Sus dedos eran delgados y largos, pero parecÃan fuertes.
ParecÃa absolutamente perfecto en todos los aspectos.
forma.
âSeñor Moore, ¿usted también odia el ajo?â -Preguntó Myla.
Fabián se concentró en pelar el cangrejo,
y sólo después de un rato asintió
respuesta.
Cada vez más hambrienta, Myla decidió seguir adelante y empezar a comer ya que él se lo habÃa ofrecido.
Sin embargo, pronto se dio cuenta de que
Fabián estaba colocando toda la carne de cangrejo en su plato.
Confundida, ella lo llamó: âSr.
¿Moore?â
â¿SÃ?â Respondió.
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Estaba claro que no tenÃa intenciones de
explicando su comportamiento. En cambio, él
Comenzó a responder las preguntas relacionadas con el trabajo.
preguntas que ella planteó. Su actitud fue
gentil, y él rápidamente la ayudó a organizar sus pensamientos.
Myla estaba a punto de dejar el tenedor.
Y procedió a trabajar en la solicitud cuando Fabián de repente la agarró por la muñeca y sus ojos entrecerrados y cautivadores se fijaron en los de ella.
â¿Aún tienes energÃa?â
La intensidad detrás de su mirada creció, causando que su propia voz temblara mientras hablaba, âTe dije que esto
¡Será la última vez!â
Ãl respondió con firmeza: âNunca estuve de acuerdo