Chapter 126
Resistiendo al amor de Mi Ex-Marido
CapÃtulo 126 Daniel sabÃa bien cómo conquistar a las mujeres, porque no dijo activamente de inmediato que querÃa venir, sino que dijo razonablemente: -Prima, puedes enviala dirección de tu gimnaprimero, lo compararé con un ordinay decidiré.
Pues Bella sonrió y accedió: -Está bien.
Al colgar, Bella le envió el nombre de la sala de entrenamiento porque intentaba contactar con más con el fin de enterarse del proceso de sus relaciones con Sara. Además, serÃa mejor si pudiera pescarlo. En este momento Daniel envió un mensaje para agradecerla.
Daniel: [Gracias, prima.] Bella: [De nada. Dado que tú y Sara aún no sois novios, nollames prima, sólo trátde señorita Fernández.] Daniel: [Está bien, señorita Fernández, descansa temprano.] En el hospital, Anna estaba sentada en la cama del hospital, con su frente y brazos envueltos con una gasa. Ponia mala cara.
-Anna, las condiciones en tu sala son realmente buenas, parece que el Sr. Romero te trata muy bien.-Marta exclamó mientras echó un vistazo a la sala.
Anna ignoró sus palabras y preguntó con frialdad: -Es tan tarde, ¿por québuscas? Te he dicho que no aparezcas con frecuencia ante mi.
-He escuchado que estás herida, asà que vengo a visitarte. Marta explicó-, Anna, ¿por qué eres tan descuidado? Afortunadamente, la lámpara no cayó certeramente encima de ti, si te hubiera golpeado la cabeza directamente, ¿no te habrÃa dejado un hoyo? Anna siguió preguntando con el ceño: -¿Qué demonios quieres decir? Incluso te molestas en venir aquà en vez de llamarme.
Frente a su interrogatorio, Marta contó su propósito, frotándose las manos: -Como Daniel, ese mocoso, recientemente, ha comprado mucha ropa para perseguir a Sara, además, la ha invitado a comer y a salir a jugar, casi gasta todo el dinero.
Al oÃr su queja, Anna notó el brazalete de oro en su muñeca y preguntó: -Tú también has gastado mucho dinero, ¿verdad? Entonces Marta escondió el gran brazalete de oro en la bocamanga y contestó: Anna, no he malgastado tu dinero. Como la última vezsalpicaron con agua de cal en el baño del centro comercial, insisti en pedirle al centro comercial quecompensara. Con este dinero compré la pulsera.
Anna, naturalmente, se enteró de lo que sucedió en el centro comercial la última vez. Aunque a Marta le gustaba sacar provecho de todo y siempre ofendÃa a la gente fácilmente al hablar, ¿quién podÃa concebir un plan tan deliberado de encerrarla en el baño y salpicarla con cal? durante ese periodo.
Incluso las cámaras de vigilancia del centro comercial habian fallade Salpicarla con cal? Anna aún no habÃa tenido todo eso claro.
+15 BONUS Sin embargo, antes como Marta se habÃa peleado violentamente con un vendedor en el centro comercial, no era imposible que el personal allá se uniera para darle una lección.
Pensando en este escándalo, Anna le advirtió con una cara frÃa: -Tia, no olvides quién solucionó el problema que Daniel habÃa causado la última vez y quién ha hecho de ti una dama rica hoy desde una mujer rústica sin amparo. Si quieres llevar una buena vida con tu hijo en el futuro, ¡nocauses problemas! -SÃ, tienes razón, -Marta no se atrevió a oponerse y le agradeció apresuradamente, -Anna, eres el benefactor mÃo y de Daniel, no olvidaremos tus favores y definitivamente escucharemos tu arreglo bien.
La buena actitud de Marta hizo que la cara de Anna se viera un poco mejor, pues Anna le preguntó: -¿Cómo ha sido el progreso de Daniel?
-Ãlha dicho que no está mal, Marta no pudo ocultar su orgullo al mencionar a su hijo después de todo, Danieb parece talentoso y En- guapo, además, es bueno en decir las palabras melosas para complacer a las chicas, asà que le es muy fácil conquistar a unas mujeres.
Aunque Anna no apreciaba a Daniel, con su apariencia y altura, junto con su identidad del hijo de una familia rica, no era un problema que engañaba y conquistaba a las chicas.
Al considerar bien, Anna señaló su bolso, mientras que Marta la entendió enseguida y se lo trajo apresuradamente.
-Hay 70,000 dólares aquÃ, dáselo directamente a Daniel, para que no lo desenmascaren sin falta. fras decirlo, Anna sacó una tarjeta bancaria de su bolso con una mano ilesa y se la entregó a Marta. 1 Today's Bonus Offer X