Chapter 130
Resistiendo al amor de Mi Ex-Marido
CapÃtulo 130 Al ver los pendientes de diamantes rotos en el cubo de basura, Pedro fruncieron las cejas con más fuerza y dijo con enojo: -Bella, por la mañana temprano, otra vez tratas de buscaerrores.
-¡Tú eres la persona que provoca el altercado! -Bella dijo frÃamente-, si no quieres regalarme, no lo hagas de mala gana, no soy una estación de recogida de basura, no necesito cosas que pertenecen a otra persona! -Bella, ¿puedes atender a razones? Al ver la reacción de Bella, temiendo que si le decÃa que estos pendientes habÃan sido elegidos. por Anna, ella se enfadara aún más, asà que pacientemente dijo: -¿Cómo sabes que pertenecen a otra persona? Son nuevos con la etiqueta puesta.
-¿Se puede decir que son nuevos con la etiqueta puesta? -Bella se burló de Pedro-, Pedro, antes de que quieras andar entre dos aguas, por favor, investiga también sobre lo quegusta primero, de lo contrasimplemente ignora mis pensamientos como antes.
Ante las agudas acusaciones y burlas de Bella, Pedro perdió completamente la paciencia y respondió con furia: - Entonces considera que he dado un paso innecesario. A nadie le importa lo que pienses.
Después de decirlo, Pedro salió de la habitación con cara hosca, mientras que Bella estaba tan enfadada que incluso arrojó la caja al cubo de basura y maldijo en secreto: <<< Cuanto más pensaba Bella en ello, más enfadada se ponÃa, asà que le una patada al cubo de basura. Los pendientes rodaron fuera de él, y los diamantes rotos estaban tan deslumbradores bajo la luz.
Al principio, Bella querÃa pisarlos y tirarlos al retrete, pero teniendo en cuenta su exquisita factura y los preciosos diamantes rotos, los recogió otra vez. Después de todo, gastaron dinero en comprarlos, entonces era un desperditirarlos. De todos modos, no podÃa llevar el dinero la contra. Pensando en ello, Bella los publicó en una página web de segunda mano y los vendió a mitad de precio. 1 En una cafeterÃa, al ver que Pedro tenÃa un rostro sombrÃo y no dijo nada, Manuel inexplicablemente sentia un poco de miedo.
-Pedro, no pongas la cara asi, tengo miedo. Aunque te invito a tomar el café efectivamente para que puedas hacer una excepción en mi favor, realmente he modificado esta propuesta con mucho cuidado yquedé déspierto durante dos noches enteras para completarla...
¿No se dice que a las mujeres les encanta recibir regalos? ¿Por qué ella se enfadaba tanto cuando recibió un regalo?-Pedro, un poco deprimido, le preguntó frÃamente.
Por suerte, no era porqué su propuesta fuera tan mala que estaba enojado. Pensándolo, Manuel secretamente palmeó su pecho y continuó hablando: -¿Qué regalo le enviaste a la cuñada? Pedro respondió en voz frÃa: -Pendientes.
¿Qué estilo de pendientes? ¿Está enfadada la cuñada porque no le gustan? Si sé por qué está enfadada, no hace falta que te lo pregunte aquÃ.
Al mencionar esto, Pedro se enfureció, porque le hice regalo por bien, pero ella perdió los estribos con él.
Viendo a Pedro furioso, Manuel lo consoló: -Basta, basta, Pedro, no te enfades, habla despacio, cuéntamelo todo de princia fin, jestoy seguro de que puedo ayudarte a averiguar la razón! Pedro estaba realmente deprimido, asà que le contó impacientemente todo lo que pasó por la mañana.
Ella dijo que no queria obtener las cosas que pertenezcan a otros.m evidentemente los pendientes son nuevos, ¿por qué sabe que pertenecen a los demás? -Pedro, ¿no es todo claro? -Manuel respondió, realmente un poco sorprendido por el pensamiento rÃgido de Pedro.
-La cuñada incluso te preguntó cuándo los compraste, porque ella no creÃa que este Id regalaras sinceramente, y era Id-regalarar dependientes se porque fuiste al hospital y decidiste dárselos para compensarla.
-Pedro, mirate, ya que tenÃas la intención de regalarle algo a la cuñada, ¿por qué no elegiste unm regalo tu mismo? Le reenviaste el regalo que otra persona eligió sin poder revelarle lat verdad, lo que llevó a este resultado. Escuchando su análisis, con los ojos indiferentes Pedro miró a Manuel con enojo. Today's Bonus Offer X