Capítulo 238
Resistiendo al amor de Mi Ex-Marido
CapÃtulo238 -Déjalo, no hay necesidad de perder el tiempo con eso.
Bella lo interrumpió: -Tú no eres médico, aunque lo supieras, ¿acaso mis heridas se curarÃan por sà solas? Pedro se quedó sin palabras nuevamente.
En este momento, Bella estaba molesta, asà que era imposible continuar hablando con ella sobre lo de anoche. Pedro dejó el asunto a un lado y sacó una tarjeta de su bolsillo: Toma, esta es para Bella se con sorna: ¿Qué, es una compensación? 1. ti.
Después de lo del mes pasado, Pedro naturalmente no volverÃa a mencionar esa palabra. una razón razonable en tono apagado: -No tengo tiempo para acompañarte al campo con el abuelo, asà queharé cargo de todos los gastos de su viaje.
Bella se negó: -No es necesario, nuestra familia, aunque pobre, no carece de este dinero.
Al decir "nuestra familiaâ, Bella lo dejó bien claro, como si ya no tuviera nada que ver con él.
Reprimiendo la incomodidad, Pedro preguntó con expresión indescifrable: -¿Entonces voy con ustedes? Al oÃr eso, Bella tomó la tarjeta de inmediato.
Aunque Pedro solo lo habÃa dicho de pasada, si de verdad fuera a acompañarlos para molestarla, ¿no arruinaria el ánimo? Ya que él estaba dispuesto a dar el dinero, mejor aprovecharlo.
Pedro notó el pensamiento de Bella, se mordió los labios, pero no dijo nada.
Unos treinta minutos después, el coche llegó a la casa de los Fernández.
Bella volvió a cubrir su mano con la chaqueta y bajó del coche con su bolso. Alberto ya los estaba esperando en el patio, ella se acercó alegremente: -¡Hola, abuelo! -Bella, ¿por qué quieres acompañaa la Provincia de Lago? Antes te quejabas de que el clima era demasiado seco allà y no querias ir. -preguntó Alberto.
Bella respondió: -No pasa nada, he traÃdo suficiente spray hidratante y mascarillas, jahora solo quiero estar contigo! Los dos, abuelo y nieta, estaban charlando alegremente cuando Pedro y el chofer que traÃa los suministros se acercaron.
Alberto recién entonces se cuenta de que Pedro también habÃa venido, se sorprendió un poco:-Pedro, ¿a esta hora tienes tiempo libre? que abuelo vas a visitar a un amigo, asà que te traje un pequeño obsequio.
andole al chofer que llevara los suministros adentro, Pedro sonrió educadamente:-Supe +15 BONUS -Pedro, eres tan considerado -dijo Alberto sonriendo-, ya que has venido, ¿por qué no te quedas a almorzar antes de regresar? Eran casi las once, Pedro miró a Bella y estaba a punto de asentir, cuando su teléfono sonó repentinamente. Era una llamada de Javier.
Después de obtener permiso, se hizo a un lado. -¿Qué ocurre? -Pedro, Anna no ha comido nada desde ayer. ¿PodrÃas venir a intentar persuadirla? -pidió Javier.
Pedro frunció ligeramente el ceño. -¿Por qué no come? -Dice que no se siente bien y que no tiene apetito, pero sé que está enfadada conmigo.
La voz de Javier se quebró un poco. -Ella está molesta porque la cuestioné a tu esposa anoche, cree que pensarás que ella lo instigó.
-Pedro, fue por la preocupación que tenÃa anoche por Anna por lo que interrogué a tu esposa, fue un impulso. Si hay que culpar a alguien, culpa mÃ, Anna no tiene nada que ver con esto...
Pedro respondió: -Lo de anoche aún no tiene una conclusión definitiva, no he culpado a nadie. Amma dice que no es necesainvestigar más, al fin y al cabo involucra a tu esposa, y Anna no quiere que te quedes incómodo en medio.
Javier hablaba con voz cada vez más entrecortada. -Pedro, desde anoche hasta siquiera ahora ni siquiera has llamado.
Anna lo entiende, pero seguro que le duele por dentro. -Es mi única hija, por favor, te lo pido, ven a hablar con ella, hazle saber que no estás enfadado. ¿PodrÃas? Al escuchar esto, Pedro instintivamente quiso mirar la expresión de Bella, pero el paya no habÃa rastro de ella ni de su tÃo.
-¿Pedro? -Javier no obtuvo respuesta, y volvió a llamarlo X