Capítulo 248
Resistiendo al amor de Mi Ex-Marido
CapÃtulo248 Después de terminar la llamada, Bella se recostó en la gran cama del hotel.
Al pensar en los acontecimientos de esta noche, todavÃa estaba algo nerviosa.
Por suerte, su abuelo no resultó herido, de lo contrase habrÃa culpado por ello. Poco después, su teléfono vibró.
[Sácde la lista negra]. Era un mensaje de Miguel.
Pero según el tono, lo habÃa enviado Pedro.
SÃ, después de colgar la llamada, ella lo habÃa bloqueado por completo.
Ni pensar en desbloquearlo.
Bella se molestó al ver el mensaje de Pedro.
De no ser por su negativa a aceptar el divorde forma sincera, Anna no habrÃa diseñado plan tras plan para atacarla.
Al ver que ella no respondÃa, Pedro llamó al teléfono de la habitación.
Harta, Bella simplemente desconectó la lÃnea telefónica.
Por fin tenÃa un poco de tranquilidad.
Luego, Bella pensó en lo que harÃa a continuación y se fue a duchar y a dormir.
No supo cuánto tiempo llevaba dormida cuando le pareció oÃr el sonido de una llave abriendo la puerta de la habitación.
-Gracias.
Enseguida escuchó la suave voz de agradecimiento de Pedro.
Bella se incorporó sobresaltada en la cama.
¡Y ahà estaba Pedro frente a ella!! VestÃa el mismo traje que habÃa visto en el video del teléfono de su abuelo, llevaba una pequeña maleta y tenÃa aspecto cansado.
-¿Tú... cómo has llegado aqu� -la voz de Bella casi se le atragantaba.
¿A estas horas, Pedro habÃa venido hasta la Provincia de Lago! Pedro dejó tranquilamente la maleta y se quitó la chaqueta para colgarla en el armario, con total naturalidad, como si fuera un marido que vuelve a casa del trabajo.
-¿Cómo te ha dejado entrar el recepcionista? -Bella recuperó la compostura y le preguntó en tono frÃo.
Pedro respondió con calma: -Somos una pareja, solo tuve que mostrar el certificado de matrimoen recepción ydejaron entrar.
Bella soltó una risa irónica.
+15 BONUS Antes era ella la que solÃa sacar por todas partes el certificado de matrimopara imponer su autoridad, quién iba a pensar que Pedro también lo usarÃa asÃ.
Asà que, ¿qué pasa contigo viniendo a esta hora?-dijo Bella con impaciencia.
Pedro no pronunció palabra, se acercó a la cama de ella y, sin hacer caso a su mirada frÃa, le cogió la mano izquierda, que habÃa resultado herida anteriormente.
regenerado,
La costra de sangre ya se habÃa curado casi por completo y la piel de m la palma habia: pero comohoy se habla apresurado a coger placa y habÃa hecho demasiada fuerza, la nueva piel se habÃa irritado levemente. ¿Qué ha pasado? ¿Por qué nolo has dicho? Preguntó Pedro con un tono que parecÃa entrañar cierta preocupación.
Bella retiró la mano. -Pedro, tú siemprepreguntas qué quiero hacer, pero yo también quiero saber qué estás haciendo tú.
Continuó: Nos vamos a divorciar en breve. ¿No creÃas que yo era la Annay culpable de lo de Anna y no podÃas spportarme? Hace un par de dÃas dijiste que no te ocuparÃas más de mi, ¿y ahora vienes corriendo a vea medianoche? ¿Tiene algún sentido?
Pedro se apretó levemente los finos labios y dijo en tono sosegado: -Mientras no nos hayamos om hayamodivorciado todavÃa seguimos siendo marido y mujer. Como nohas bloqueado ni contestas mis llamadas, es natural que haya venido a verte en persona. Después de todo, ella era la señora Romero, y si algún paparazzi sin escrúpulos la viera y escribiera tonterÃas, eso podrÃa afectar a la imagen de Pedro.
-Ya has visto que estoy bien, asà que ya puedes irte. -lo despidió Bella.
Pero Pedro no solo no se fue, sino que se sentó en el borde de la cama. -Bueno, ya que es medianoche, ¿adónde voy a ir? X