Niña en sus ojos Reina en su tierra Capítulo 9
Niña en sus ojos Reina en su tierra (Jazmín) novela completa
CapÃtulo 9
*Jazmin, vi que no cenaste y me preocupé que podrÃas tener hambre, asà queâ¦â Greta observó a la muchacha frente a ella, cuya mirada frÃa y sombrÃa la envolvió en un repentino temor, y tartamudeó a! hablar, âTe traje algo de comer. ¿Puedo⦠puedo entrar?â
Jazmin entrecerró sus ojos irritables, y su mirada, cargada de emociones reprimidas, recorrió el rostro juvenil y encantador de Greta durante unos segundos antes de dar media vuelta con los brazos cruzados.
Esa mirada la hizo sentir como si un reptil la hubiera acechado, provocándole escalofrios.
Con un esfuerzo por controlar el temor que se apoderaba de ella sin razón, Greta respiró hondo, se enderezó y, fingiendo calma, entró en la habitación.
La habitación de JazmÃn estaba decorada de manera sencilla.
La familia Alcaraz no habÃa mostrado mucho interés por esta hija criada en el campo, por lo que no se habÃan esmerado en brindarle comodidades. Greta inspeccionó la habitación austera, similar a la de los sirvientes, y una sonrisa sutil se dibujó en sus labios.
âSi tienes algo que decir, dilo ya.â Jazmin, luchando contra el sueño, se paró en la puerta con los brazos cruzados, su rostro delicado exhibiendo paciencia y contención, mientras una bruma frÃa se cernÃa en sus ojos.
A Greta le daba miedo.
SentÃa que Jazmin tenia una maldad que la hacia inquietante.
Manteniendo cierta distancia, Greta humedeció sus labios y, sin mirar esos ojos malévolos, comenzó con voz suave: âJazmÃn, creo que ha habido algunos malentendidos entre nosotras. Vine para aclarar las cosas.â
Mientras hablaba, Greta notó varios libros en idiomas extranjeros en la mesita de noche, uno de ellos en inglés, que habÃa intentado leer, pero lo abandonó ante la dificultad de algunas palabras.
También habÃa libros en francés y alemán.
Greta habÃa tomado clases de idiomas, incluyendo esos dos, y aunque solo habÃa aprendido lo básico, podÃa entender algunas palabras de las portadas. Una sonrisa irónica se dibujo en su boca.
Ella sabÃa por Bosco que su âhermanaâ rural no era ninguna estudiante aplicada. No solo sus calificaciones eran las peores cada semestre, sino que también tenÃa la âgran hazañaâ de obtener cero en todas las materias.
Un examen al azar podrÃa tener al menos un par de respuestas correctas por casualidad, pero ella lograba cero absoluto. Era un âgenioâ a su manera.
Y ahora, esa misma persona tenÃa varios libros en idiomas extranjeros en su mesita de noche.
¿Era simplemente para aparentar?
Pero no pensará que con solo poner esos libros, la gente realmente creerÃa que puede entenderlos, ¿verdad?
Greta observó con burla por unos segundos y luego apartó la vista.
âJazmÃn, yo también fui secuestrada a los tres años y llevada a un pueblo.â
*Cuando mis padres me encontraron, habÃa sufrido tanto shock que olvidé todo mi pasado. Me dijeron que era hija de los Alcaraz y querÃan llevarme de vuelta.â
âEscoger entre una vida difÃcil en el campo o una vida cómoda en la ciudad⦠Si fueras tú, tampoco lo rechazarÃas, ¿verdad?â
âSé que me culpas por arrebatarte todo. Pero no fue mi intención ocupar tu lugar ni competir contigo. Luego, cuando mis padres se dieron cuenta de su error, ya me habÃan tomado cariño y no podÃan dejarme ir, asà que decidieron mantenerme como hija.â
âIncluso ahora que te han traÃdo de vuelta, me aseguraron que mi lugar en la familia no cambiarÃa.â
De ahora en adelante, habrá dos hijas en la familia Alcaraz⦠ellos⦠anunciarán que eres su hija adoptiva. AsÃ, podrás quedarte legÃtimamente.â
Greta terminó de hablar y, como si le costara decir lo que seguÃa, soltó un suspiro ligero: âQuizás pienses que es injusto, después de todo⦠tú eres la verdadera hija de nuestros padres. Pero no hay de otra, la familia Alcaraz es una familia de renombre, y necesita una hija que pueda representarla dignamente. Y tú, JazmÃnâ¦â
ParecÃa como si tuviera algo complicado que decir, y a mitad de camino, se quedó callada mordiéndose el labio.
â¿Ya terminaste?â