Capítulo 128
Se Volvió Loco Tras Mi Muerte ( Violeta and Maurino )
CapÃtulo 128
Lucrecia aunque pudiera asimilar perfectamente el papel de la âSra. Pazâ, no podÃa soportar ver a su hombre con otra mujer en el sofáâ¦
Era una escena que ella nunca se habÃa imaginado.
âDi⦠disculpa⦠parece que llegué en mal momento.â
Dana miró hacia la puerta, âSrta. Salazar.â
El hombre que estaba sobre ella aún no se habÃa levantado, y en los ojos usualmente tranquilos de Dana apareció un atisbo de pánico, âSr. Paz, si haces esto, vas a tener problemas para explicárselo a la Sra. Noa.â
Maurino se levantó con calma. Su mirada se volvió gélida y con una expresión de disgusto, gruñó frÃamente, âLárgate.â
Dana se puso de pie inmediatamente, llevándose una mano al pecho, âEntendido.â
Ernesto estaba afuera, mirando a la mujer que estaba saliendo y dando un paso dentro de la oficina, âSr. Paz, ¿no crees que se ha pasado por esta vez?â
Maurino arrancó su corbata y la lanzó sobre el sofá, su aura frÃa se intensificaba, esparciéndose rápidamente por la oficina, creando un ambiente que impedÃa acercarse, âInvestiga quién la dejó volver a la capital.â
âFue la matriarca.â
Esas miradas gélidas, fijas en él, hicieron que Ernesto no se atreviera a decir una palabra más.
Al mediodÃa, en la última clase, era hora de educación fÃsica.
Violeta se cambió al uniforme deportivo y estaba por guardar su celular en el casillero cuando, justo en ese momento, el teléfono de Ernesto empezó a sonar.
Violeta salió del vestuario a un lugar tranquilo afuera para contestar.
âHola, Ernesto, ¿qué está pasando?â
âSrta. Violeta, el Sr. Paz está sufriendo de su migraña, estoy cubriendo su reunión ahora. En un momento te enviaré una foto del medicamento que suele tomar para el dolor. Te agradecerÃa que lo compraras y lo trajeras a la oficina.â
âPero tengo clase de educación fÃsica ahora, probablemente no pueda ir hasta después del mediodÃa.â
Ernesto asintió, âNo hay problema.â
Violeta asintió, âDe acuerdo.â
¿Por qué de repente le dolÃa la cabeza a su hermano?
¿Será que el remedio herbal no habÃa funcionado?
Violeta no lo pensó demasiado, terminó sus tres vueltas y su prueba de aptitud fÃsica, y con veinte
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minutos restantes para actividad libre.
Pero durante el receso, ya habÃa revisado todos los lugares de la escuela donde uno podrÃa saltarse una clase.
Tan pronto como llegó el momento de la actividad libre, Violeta ya se habÃa escapado de, vuelta al vestuario, se habÃa cambiado y salido furtivamente por la reja del monte detrás de la escuela, una altura que para ella no era gran cosa.
Después de comprar el medicamento en la farmacia y de coger un taxi solo por unos cuantos kilómetros, Violeta llegó con facilidad a las oficinas del Grupo Paz.
Recepcionista: âPequeña, ¿a qué viniste aquÃ?â
Ella no dijo que venÃa a buscar a Maurino, sino que dijo, âVengo a buscar a alguien llamado Ernesto.â
La recepcionista la miró sorprendida, âEres la hermanita de Ernesto, la que viene con el medicamento, ¿verdad? ¡Qué linda eres! Sube rápido, tu hermano te está esperando arriba.â
Después de que la recepcionista activara el elevador ejecutivo, Violeta llegó directamente al piso sesenta.
Ella salió sola del ascensor y encontró que el amplio pasillo estaba desierto y en silencio.
HabÃa estado allà innumerables veces antes; al final del pasillo estaba la oficina del presidente.
Al volver a visitar, Violeta sintió como si fuera una vida anterior, empujó con facilidad la puerta de la oficina presidencial y vio sentado en el sofá a un hombre cuya silueta denotaba agotamientoâ¦