Tomando a su hijo como respaldo Capítulo 375
Tomando a su hijo como respaldo (Ella y Vania)
CapÃtulo 375
Carly de repente se dio cuenta de que habÃa ido demasiado lejos.
Después de todo, éste era el equipo de Leopold. Ella no deberÃa ser quien le dijera a su gente qué hacer.
TenÃa que decir algo porque Zola se estaba desempeñando muy mal. No pensó que a Leopold le importarÃa.
Carly puso una excusa y se fue poco después.
Zola habÃa estado parada a un lado durante mucho tiempo. Se sintió bastante incómoda al ser ignorada por Leopold todo el tiempo.
Aunque Leopold nunca criticarÃa a nadie, tenÃa una manera de hacer que la gente se sintiera avergonzada.
El primer ensayo pronto terminó.
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Leopold no expresó mucha opinión. Sólo les dijo a todos que se dispersaran y descansaran. Luego, se volvió para mirar a Zola. âSal conmigoâ.
Todos la miraron con simpatÃa.
Zola también se sintió mal por sà misma. Sin embargo, sabÃa que nadie podrÃa salvarla.
Se preparó para lo que podrÃa pasarle. Luego, siguió a Leopold a su habitación verde.
-Zola bajó la cabeza y se paró frente a Leopold lastimosamente. ParecÃa una niña que se metió en problemas.
No le importarÃa hacer eso siempre y cuando pudiera hacer que Leopold se ablandara con ella.
A estas alturas de la vida, Zola no se avergonzaba de dejar de lado su orgullo para poder sobrevivir.
â¿TodavÃa estás borracho?â Leopold le preguntó directamente.
âYa no estoy borracha, pero todavÃa tengo sueñoâ, respondió Zola con sinceridad.
Ella pensó: Ya no tiene sentido mentir ya que estoy destinada a estar condenada. Yo también estoy cansado de mentir.
â¿Has desayunado?â preguntó Leopoldo.
Zola no supo cómo responder a eso. Ella pensó: âNo creo que debas decir eso en esta situaciónâ.
De repente, Leopold sacó su teléfono e hizo una llamada.
Le pidió a un asistente que comprara el desayuno en un restaurante y se lo trajera.
Zola pensó: Amigo, ya es mediodÃa. Este no es el momento de desayunar.
Sin embargo, Zola no se atrevió a decir eso.
Ni siquiera sabÃa qué iba a hacer Leopold.
Ella pensó que él todavÃa estaba esperando un momento para descargar su ira sobre ella.
En ese momento, en efecto, reinaba un silencio espantoso en la habitación.
Luego de realizar la llamada, Leopold no dijo nada más y guardó silencio.
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14:51 jueves, 14 de marzo
CapÃtulo 375
Zola se paró frente a él y no se atrevió a hablar hasta que alguien llamó a la puerta.
Leopold se levantó con su bastón.
Aunque parecÃa poder caminar, era obvio que cojeaba.
Zola pensó: â¿Qué tipo de herida tenÃa? ¿Por qué no se ha recuperado todavÃa?
Zola no pensó demasiado en ello. Leopold puso el desayuno en la mesa frente a ella y dijo: âComeâ.
Zola lo miró y sospechó.
No estaba segura de si él estaba hablando con ella.
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Leopold se sintió impotente y dijo: âEstaba hablando contigo. Si actuaras asà cuando eras niño, tus notas no serÃan tan malas. Tus padres tampoco te regañarÃan tan a menudoâ.
âNo son mis padresâ, dijo Zola.
Estaba muy tranquila como si estuviera afirmando un hecho.
Luego añadió: âEspera, papá lo es. Sin embargo, me ha repudiado. Entonces ya no es mi padreâ.
Leopold no hizo comentarios sobre eso. Ãl dijo: âDeberÃas tener algo de comidaâ.
âGracias.â Zola no insistió.
No importaba lo que pasara después, ella querÃa comer algo primero.
Anteriormente, debido a que tenÃa demasiado sueño, no sentÃa hambre.
Después de comer un poco de avena, empezó a tener apetito.
HacÃa mucho tiempo que no probaba comida en ese restaurante en particular.
Recordó que solÃa pedirle ayuda para conseguir comida para llevar en este restaurante cuando era famosa.
Zola pensó: âDe todos modos, eso es cosa del pasado. No puedo desperdiciar nada ya que es raro para mà tener comida de este lugar ahoraâ.
Por supuesto, ella no podÃa tener demasiado. Como celebridad, tenÃa que mantener su peso.
Cuando terminó de comer, dejó en silencio los cubiertos.
â¿Ya terminaste?â preguntó Leopoldoâ¦
Zola respondió: âSÃ.
âHay un salón adentro. Ve a tomar una siestaâ, dijo Leopold.
Zola lo miró y pensó que se estaba haciendo una ilusión.
âAsà es. Ve a tomar una siestaâ, dijo Leopold nuevamente.
PodÃa decir lo que estaba pensando Zola.
Zola se mordió el labio y pensó: âDebe haber algo malo. No deberÃa tratarme de esta manera. ¿Qué está pensando?
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CapÃtulo 375
Mientras Zola pensaba, Leopold salió de la habitación sin dar explicaciones.
Dejó toda la habitación a Zola.
Zola dudó al principio. Siguió mirando el salón interior. Aunque no era grande, parecÃa cómodo.
Ella no pudo resistir más la tentación.
SabÃa que definitivamente se quedarÃa dormida tan pronto como se acostara en esa cama.
Finalmente, Zola cedió y se acostó en la cama.
Aunque la cama no era enorme, era bastante suave y limpia. También olÃa bien.
Zola sospechaba que Leopold nunca antes habÃa usado esta habitación, lo cual era una buena noticia para ella.
De lo contrario, temÃa no poder conciliar el sueño después de oler su aroma.
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Justo antes de que Zola estuviera a punto de quitarse los zapatos y la chaqueta, pensó en algo y regresó a la sala verde.
En ese momento vio que Leopold ya habÃa regresado.
Estaba comiendo los restos de avena que Zola no terminó.
Zola vertió un poco en un recipiente aparte cuando tuvo un poco, para que el tazón de avena aún estuviera limpio. Sin embargo, Zola se sintió avergonzada al ver a Leopold usando la cuchara que ella habÃa usado. Sólo se proporcionó una cuchara.
Ambos se sintieron extremadamente incómodos en ese momento.
QuerÃa salir a limpiar el desorden de la mesa. Sin embargo, no necesitaba hacer eso porque el personal proporcionado para la sala verde podrÃa encargarse de ello. En ese momento, Zola se arrepintió de haber salido y se sintió muy avergonzada.
Sintió que Leopold se enojarÃa después de ver lo que hizo.
Zola se sintió muy desafortunada.
âYo tampoco he desayunadoâ, dijo Leopold torpemente.
Era obvio que sus orejas se pusieron rojas.
âYa veoâ, respondió Zola.
No habÃa nada más que pudiera decir ya que estaba avergonzada.
âNo me gusta desperdiciar comidaâ, continuó explicando Leopold.
Zola dijo: âYo también. Iba a guardar la avena sobrante para comerla cuando llegue a casa esta nocheâ¦â
De repente hizo una pausa. Después de decir eso, sintió que lo hacÃa más incómodo para ambos.
Leopold no sabÃa si debÃa seguir comiendo o ahorrar para Zola.
Zola bostezó exageradamente y dijo: âTengo mucho sueño. Me voy a dormir.â
Rápidamente se dio la vuelta y fue al salón antes de cerrar la puerta detrás de ella.
Zola volvió a tumbarse en la cama y tardó mucho en calmarse.
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14:57 jueves, marzo
CapÃtulo 373
Se tocó la cara y pensó: â¿Me sonrojé?â
Se sentÃa triste porque no querÃa que Leopole volviera a darle falsas esperanzas.
TenÃa mucho miedo de que eso pudiera suceder.
Después de despertarse, Zola se dio cuenta de que afuera ya estaba oscuro.
Ella inmediatamente se levantó de un salto y entró en pánico.
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Zola pensó: ¡Joder! ¿Cuánto tiempo dormÃ? ¿Por qué Leopold no me despertó? ¿Se olvidó de mÃ? Aunque mi personaje no tiene muchas lÃneas, no quiero desaparecer del ensayo. ¡TodavÃa quiero quedarme en este programa porque la paga es buena!
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