Chapter Capítulo 168
La Novia Equivocada Novela de Day Torres
ATRACCIÃN PELIGROSA. CAPÃTULO 17. Aprovechado DebÃan ser quizás las nueve de la mañana cuando Vanessa intentó pasar su credencial de estudiante por la entrada al estacionamiento universitario, solo para ver una larga lÃnea iluminada en rojo en el aparato, rechazando su tarjeta.
-¿¡Qué demonios!? -Se bajó del auto y volvió a pasar la tarjeta otras tres veces por el aparato, pero en ningún caso la lÃnea se puso en verde.
Finalmente no le quedó más remedio qué aparcar el auto afuera y dirigirse a la caseta de seguridad. Un guardia la miró con curiosidad y Vanessa le entregó su credencial con molestia.
-Mi tarjeta no está pasando, el lector debe estar roto. ¿Me hace el favor de dejarme pasar? -gruñó incómoda y el guardia sacó un lector de códigos remoto.
Demoró solo un segundo en pasarlo sobre la tarjeta y luego negó.
â Lo siento, señorita. Esta credencial no es válida -dijo con voz firme y profesional. 1 Vanessa frunció el ceño mientras miraba el aparato con desconfianza.
-¿No es válida? ¿Qué quiere decir?
-Que esta tarjeta es falsa -le dijo el guardia con seriedad.
Vanessa se quedó con la boca abierta sin poder creer lo que escuchaba. ¡No podÃa ser! 1 -¡Claro que mi tarjeta no es falsa, yo estudio aquÃ! ¡Mi nombre es Vanessa Marfield, búsqueme, búsqueme y va a ver que sà estudio aquÃ! -demandó furiosa. 1 El guardia la miró con frustración, pero estaba acostumbrado a lidiar con la antipatÃa de los niños ricos de la escuela. Pasó su nombre por la computadora y luego negó.
-Lo siento, pero ese nombre no aparece en la base de datos de la universidad. Aquà no estudia ninguna Vanessa Marfield. 1 La desesperación creció dentro de ella y se llevó las manos a la cabeza mientras recordaba la amenaza de Aaron. 1 -¡Esto tiene que ser un error! -gritó molesta-. ¡Yo estudio aquÃ, quiero hablar con el rector! ¡Exijo que alguien me reciba!
-Lo siento mucho, señorita -dijo el guardia con severidad. No puedo dejarla pasar con una tarjeta falsa, y mucho menos dejarla pasar sin tarjeta. Para empezar le pondré una multa y esta credencial será confiscada para su investigación. Si quiere acceder a la universidad mejor llame al departamento de atención externa y pida una cita.
Vanessa hizo un berrinche allà mismo, amenazando desde el trabajo del guardia hasta una demanda contra la universidad.
Aquello tenÃa que ser un error, porque no podÃa creer que la amenaza de Aaron fuera cierta. Nadie podÃa tener tanto poder...
¿verdad? No era posible que...
Pero era inútil argumentar contra la evidencia que el guardia le habÃa mostrado y si tenÃa cualquier duda, cuando miró alrededor desesperada, la figura sombrÃa de Aaron, apoyado en su auto dentro del estacionamiento, le confirmó lo que estaba pasando.
Lo vio subirse a su auto y salir del estacionamiento. El auto se detuvo a su lado y él bajó la ventanilla de la camioneta, pero ni siquiera la miró.
-Te advertà lo que iba a pasar. La única razón por la que no estás presa es porque creo que eres estúpida -replicó. Agradece la ofensa, porque si creyera que lo que le hiciste a Nahia fue por maldad y no porque eres una chiquilla insoportable, te garantizo que ya tendrÃas una demanda judicial y cargos criminales en tu contra.
Vanessa se puso pálida.
-¿Qué hiciste...?âbalbuceó desesperada.
-Exactamente lo que te dije que harÃa. Buena suerte encontrando otra universidad... o demostrando que naciste en este paÃs -
respondió Aaron y un segundo después su auto se perdÃa en el tráfico. 2 De ahà regresó directamente al departamento y agradeció que Nahia todavÃa estuviera dormida. -Creo que ya es hora de irme -
dijo Jared cuando lo vio entrar al departamento, ya cambiado por un pantalón cómo de algodón y una playera. ¿Resolvió lo que debÃa resolver?
-SÃârespondió Aaron-. Todo quedó arreglado ya. De verdad espero que te vaya muy bien le dijo extendiendo la mano y el guardaespaldas se despidió con una sonrisa mientras tomaba los documentos para dirigirse a su nueva asignación.
Aaron preparó un jugo ligero para Nahia y fue emprender la titánica tarea de que tomara algo. La ayudó a incorporarse despacio y le ofreció el jugo, pero ella lo miró con dudas.
-Por favor, nena, tienes que tomar algo.
-No quiero... -murmuró ella con un puchero.
Aaron suspiró con resignación.
-Ya sé que no tienes ganas, pero te deshidrataste, si no empiezas a beber tendrás que seguir con sueros -dijo con suavidad mientras tomaba asiento en el borde de la cama.
Nahia miró de nuevo el vaso y luego a él. Se mordió el labio y suspiró antes de tomarlo.
-¿No quieres contarme que pasó? -preguntó con un hilo de voz-. Y no me digas que no pasó nada porque si no, no te hubieras ido apenas amaneció.
Aaron sonrió débilmente. Al menos Nahia sabÃa que él no querÃa separarse de ella por nada del mundo.
â
Nahia sabÃa que algo habÃa pasado, pero también sabÃa que probablemente Aaron habÃa reaccionado a eso. 1 -Toma tu jugoâdijo él por fin-. Si te lo bebes te cuento qué pasó a cambio, ¿de acuerdo?
Nahia asintió lentamente, tomó el jugo con las dos manos y se lo acercó a los labios para beber algo de lÃquido antes de hablar.
-Entonces ¿qué pasó? -insistió. Cuéntame todo.
Aaron le contó todos los detalles de la confrontación y ella lo escuchó atentamente en silencio, sin interrumpirlo. Al final de su relato tomó una profunda respiración para calmarse.
1 -¡Hija de su put@ madre! -siseó molesta y Aaron sonrió al ver que al menos tenÃa fuerzas para ponerse malhablada-. Te juro que cuando la vuelva a ver la voy a dejar sin pelos. 1 -Descuida, no la ves a volver a ver. Te lo aseguro -murmuró el guardaespaldas.
-SÃ, creo que las cosas van a calmarse bastante cuando no tenga que verlos a ninguno de los dos -dijo ella en un susurro.
Aaron bajó la mirada.
-Bueno... hay dos cosas importantes que quiero decirte -declaró y ella puso el vaso sobre la mesita a su lado para atenderlo bien-. La primera es que no me acosté con Vanessa, solo lo dijo para molestarte, pero apenas saliste de ese estacionamiento yo salà detrás de ti. Tienes que saber eso.
Ella no despegó los labios mientras lo observaba. ParecÃa sincero, pero ¿qué diablos sabÃa ella?
-¿Y cuál es la otra? -preguntó.
-Que no vas a dejar de verme porque no me voy a irârespondió él y Nahia cerró los ojos, dejándose caer de nuevo en la cama y mirando al techo.
-¿Por qué no?
Aaron se inclinó sobre ella y le acarició el cabello.
-Porque no soy de los que se rinden fácil. Tengo propensión a cagarla, pero no me rindo fácil -âdijo con una voz suave-.
Entiendo que estás enojada, pero te prometo que nunca volverá a pasar algo asÃ, y no pienso dejarte escapar tan fácilmente.
Nahia suspiró y cerró los ojos mientras Aaron seguÃa pasando los dedos por su cabello con ternura. Era un gesto tan pequeño, pero significaba tanto para ella. Se sentÃa protegida, pero no querÃa sentirse asÃ. -No estoy de acuerdo -rezongó con cansancio.
-Eso ya lo sé, pero tampoco soy de los que obedezco, asà que te lo voy a poner fácil, puedes empezar a protestar en tres, dos, uno... 1.
Nahia hizo su berrinche porque habÃa hecho que Jared se fuera, porque no querÃa que la cuidara él, porque no la escuchaba, porque le daba igual lo que ella quisiera, porque la tierra no era plana, porque las mariposas volaban y por todo lo que se le ocurrió a aquella hora, pero ya sabÃa que Aaron no se irÃa a ninguna parte.
-Bueno, mi único consejo es: intenta ignorarme si puedes, porque aquà me voy a quedar -dijo él.
-Te voy a ignorar tanto que tendrás que ir a buscar tu acta de nacimiento para asegurarte de que de verdad existesâgruñó ella sintiendo cómo el sueño la vencÃa.
QuerÃa protestar, de verdad querÃa protestar, pero cuando sintió el cuerpo de Aaron hundiéndose en la cama detrás de ella y abrazándola, ya no tenÃa fuerzas para replicar. 1 -Shshshsshsh duérmete -lo escuchó decir mientras le daba un beso en la mejilla. 1 -Aprovechado... -susurró ella. 12 -Gracias. (1