Chapter LA NOVIA EQUIVOCADA CAPÍTULO 45
La Novia Equivocada Novela de Day Torres
CAPITULO 45. ¿Pasaste la prueba?
Inventar excusas no era parte de su carácter, pero definitivamente era mejor que soltar una bomba como aquella sin estar segura. Le habÃa prestado suficiente atención a las clases de publicidad en la preparatoria como para saber cómo funcionaba el cuerpo humano, asà que sabia que se habÃa cuidado muy bien antes de la operación. Nathan y ella habÃan hecho el amor un dÃa antes, asà que habÃa un terrible margen de 72 horas después de eso en que ella no se habÃa tomado ni una sola pÃldora y en que aquel bebé pudo haberse gestado. Invadida por esa preocupación se acurrucó con Nathan y trató de dormir. No querÃa tener un bebé, y no sabÃa si él querÃa un bebé tampoco, pero no habÃa sido culpa de ninguno de los dos, solo de las maldit@s venas flacas de su cerebro El dÃa siguiente lo pasó agotada y ansiosa hasta que llegó la hora de ir a la escuela por Sophia. Le pidió al chofer que se detuviera en una farmacia y tembló en silencio mientras compraba varias pruebas de embarazo, necesitaba saber si de verdad tenÃa que asustarse tanto o todo aquel malestar solo eran secuelas de la operación.
Si el resultado resultaba positivo. ¿Qué harÃa? Era lo último que habÃa esperado y estaba segura de que Nathan también, asà que no tenÃan ni un solo plan.
Guardó las pruebas en su bolso y siguieron su camino hacia la escuela de Sophia. La niña se subió enseguida y le contó a Meli todas las cosas importantes que habÃa aprendido ese dÃa.
Al llegar a casa se pusieron a hacer los deberes en la mesa de la terraza, mientras Meli le preparaba a Sophia algo que merendar, pero cuando la muchacha llegó junto a ella casi se le cayó la bandeja de los bocadillos de la mano.
â¡Sophi, deja eso! âsusurró con nerviosismo mientras le quitaba una de las cajitas de la mano a la niña.
âEstaba buscando una pluma azul, y me encontré esas cajitas. ¿Qué cosa son, Meli? â preguntó Sophia con curiosidad¿Qué es âembarazoâ? ¡Ay! ¿¡Es una prueba muy difÃcil!? ¿i Estás estudiando!?
A Amelie se le llenó el corazón de ternura cuando se dio cuenta de que la niña no entendÃa qué era aquello.
â Bueno nena... es para saber si vas a tener un hermanito.
Sophia se llevó las manos a los cachetes y sus ojitos brillaron de emoción. â¿En serio? ¿Un hermanito? ¿Si pasas la prueba voy a tener un hermanito? â preguntó entusiasmada.
â¡Shshshshssh! â Meli suspiró pero terminó asintiendoâ. SÃ, eso creo. â¡Entonces ponte a estudiar! ¡Yo quiero un hermanito ahora mismo! ¡Estudia para que te lo den! âla impulsó Sophia. Meli sonrió despacio, para ser la primera reacción y quizás una de las más importantes era muy buena. Tomó la mano de la niña y su bolso y se la llevó a su habitación, no era algo que pudiera seguir demorando después de todo. Dejó a Sophi jugando en la cama y se metió al baño. Dejó las pruebas sobre el lavamanos y después de mirarlas durante un largo rato se dio cuenta de que solo podÃa sacar dos conclusiones: o estaba embarazada o estaba demasiado nerviosa todavÃa por la operación, asà que lo mejor era comprobar. Meli sostuvo una de las cajitas, tomó el test y siguió al pie de la letra todas las instrucciones. Un segundo después hizo lo mismo con otra y en menos de un minuto tenÃa cuatro pruebas trabajando, mientras ella esperaba impaciente ver qué señalaban aquellos marcadores Si al menos uno, uno solo de aquellos cuatro resultados hubiera sido diferente, Meli se habrÃa tranquilizado, pero cuando por fin los vio, los cuatro tenÃan la misma conclusión. Meli sintió un nudo en el estómago y supo que tendrÃa que contarle a Nathan antes de nada.
¡Estaba embarazada! ¡Dios, estaba embarazada!
âNo pasa nada, no pasa nada... â murmuró mientras sus ojos se llenaban de lágrimas â. Solo dile a Nathan, entre los dos lo van a resolver...
Meli salió del baño para enfrentarse a Sophia. Quizás era ella la que más feliz estaba con todo aquello â¿Sabes qué? Si pasé la prueba para sacar un hermanito para ti.
â¿En serio? â preguntó la niña dando saltos de alegrÃa.
Meli se sentó en la cama y asintió.
âSÃ, pero... hay un problema.
â¿Qué? âpreguntó Sophia preocupada.
â TodavÃa tengo que decirselo a tu papá, asà que necesito que me guardes el secreto. ¿Puedes guardarme el secreto? â le pidió.
â¡Está bien, pero dÃselo rápido porque ya quiero decirle a todo el mundo que voy a tener un hermanito! âdijo Sophia dándole un beso y abrazándola. 1 Meli estaba aterrorizada, no podÃa negarlo. No estaba lista para tener un bebé, y de repente le llegó a la cabeza el hecho de que le habÃan abierto el cráneo hacÃa menos de tres meses. Estaba en manos de los doctores decirle si podÃa o no tener aquel bebé.
Sin embargo confiaba en Nathan y en que podrÃan resolverlo juntos. Se fue a la cocina y se puso a preparar la cena con algo que no le diera nauseas. No tenÃa sÃntomas demasiado fuertes, pero preferÃa no darle la noticia a Nathan mientras le vomitaba sobre los zapatos. Asà que preparó una cena deliciosa y esperó a que él regresara.
Cuando lo vio entrar estaba tan nerviosa que casi se le cayeron todos los platos, pero ver aquella sonrisa enamorada en su cara hizo que lo olvidara todo.
â¡Oh Dios! ¡Cómo te extrañé hoy! âsuspiró él enterrando la cabeza en la curva de su cuello antes de besarla apasionadamente ââ ¿Preparaste esto para nosotros? âQueria que tuviéramos una cena romántica âsusurró Meli â. Porque tengo que darte una noticia y estoy muy nerviosa asà que me puse a cocinar, asà que al final resultó todo esto...
Nathan le regaló una sonrisa tranquilizadora.
â No hay razón en este mundo para que estés nerviosa conmigo, Meli. Te amo, eso jamás va a cambiar â le aseguró Nathan-.
Pero ¿te digo algo? ¡Esta cena se ve deliciosa y quiero aprovecharla porque cuando seas una super ejecutiva y estés manejando tu propia compañÃa ya no vas a consentirme asÃ!
La muchacha rio y se sentaron a cenar, pero por más que Meli intentaba que aquellas palabras salieran de su boca, eso no pasaba, era demasiado irreal, como un sueño de esos que habÃa tenido con la anestesia. Sin embargo sabÃa que no podÃa demorarlo.
â Nathan... sabes que he estado un poco incómoda en estos dÃas y ya sé por qu... El teléfono de Nathan empezó a sonar en ese momento y él se disculpó.
â Perdón... Perdón, nena, ya apago esto, de inmediato, déjame apagarlo... pero cuando Nathan miró la pantalla se dio cuenta de que era el doctor Benson. Le tomó solo un instante preocuparse y se levantó de la mesaâ. Lo siento, amor, necesito responder esto â dijo alejándose un poco â. Doctor. SÃ. ¿Sucedió algo con los exámenes de Meli? 1 Cada semana le hacÃan una resonancia para seguir la evolución de la operación, pero el tono preocupado del doctor Benson le sorprendió.
âSeñor King, lo siento mucho, pero necesito que venga de inmediato a la clÃnica. No se trata de Meli... es sobre... sobre la señora King â dijo el doctor y Nathan sintió que el mundo se achicaba a su alrededor.
â¿Qué pasó? â preguntó. âEs mejor si hablamos aquÃ, por favor, venga lo más pronto posible. Nathan apretó los labios.
â Ahora mismo salgo para allá â dijo Nathan y colgó la llamada. Se giró hacia Meli y se arrodilló frente a ella.
âLo siento, nena, tengo que salir âmurmuróâ. Es algo urgente. Meli lo miró confundida.
â¿Es algo que yo deba saber?
Nathan la miró por un largo segundo y luego pasó saliva.
âSÃ, definitivamente es algo que debes saber. En un rato, cuando regrese, lo conversaremos todo. ¿De acuerdo? 1 Meli asintió, porque Nathan parecÃa demasiado preocupado y la verdad era que no sabÃa exactamente que era lo que tenÃa que reclamar.
Nathan salió de la casa y en pocos minutos llegó a la clÃnica. Desde que el doctor habÃa mencionado a Marilyn solo una cosa habÃa llegado a la mente de Nathan: que habÃa empeorado. Era normal en su condición que empeorara, pero apenas llegó, la escena que se encontró fue totalmente diferente.
Nathan tuvo que sostenerse del marco de la puerta cuando la vio moverse. Estaba rodeada de médicos, abrÃa y cerraba los ojos de cuando en cuando y trataba de quitarse los tubos.
â¿Qué...?
âEstá reaccionando âdijo el doctorâ. Le confieso que no lo creà posible pero el cuerpo humano... solo Dios sabe de lo que es capaz.
â ¿Puedo... puedo hablar con ella?âmurmuró Nathan.
âPuede intentarlo, pero que esté despierta no significa que esté lúcida âexplicó el médico Nos tomará un tiempo evaluar todos los daños, la rehabilitación tardará años, pero al menos está despierta.
Los médicos se apartaron y lo dejaron pasar. Nathan se inclinó sobre ella y lloró al ver sus ojos abiertos y su respiración pesada.
â LynâLyn... âsusurró besando su frente, pero ella solo miraba a todos lados aturdida, sin demostrar que lo reconocÃa. Y en aquel mismo segundo Nathan entendió que a pesar de la paz que sentÃa porque Marilyn hubiera despertado, él ya nunca más volverÃa a ser feliz.