Capítulo 49
Emparejada
Capitulo 49
***Advertencia: En este capitulo se hablará de la muerte de un bebé / aborto expontáneo,***
(Punto de vista de Luna Jane)
Se me hizo un nudo en la garganta mientras intentaba encontrar el valor para contarles a James y a Nick la siguiente parte de la historia. SabÃa que ninguno de los dos volverÃa a mirarme de la misma manera cuando supieran lo que habia.
hecho.
Al mismo tiempo, sabÃa que no iba a poder esconder este secreto por más tiempo. Era hora de que todo sallera a la luz. Lo hubiera pretendido o no, mi secreto estaba afectando a mi hijo y ahora a nuestra manada.
âTyler⦠Tyler era el nombre del primer hijo de Robert y Margieâ,
Lo escupà rápidamente, sabiendo que hacerlo me obligarÃa a confesar el resto,
Vi la sorpresa en las caras de James y Nick. Ninguno de los dos tenia ni idea de que Robert y Margie habÃan tenido un cachorro antes que Stephanie.
James me soltó la mano y se hundió en la silla de su padre. Prácticamente podÃa sentir cómo James contenÃa la respiración, esperando las próximas revelaciones que llegarÃan.
Me giré y miré a mi hijo, rogándole con los ojos que no me odiara.
âAntes de descubrir que éramos pareja, tu padre tenia una novia. Se llamaba Cecilia. Ella y yo éramos lo que podrÃamos llamar âamienemigas. Eramos amigas, pero también nos odiábamos. Siempre estábamos compitiendo entre nosotras por las notas, por los chicos, por los puestos en el equipo de animadoras.
Cuando Cecilia empezó a salir con tu padre, me sentà más celosa que nunca. Como resultado, dejé de fingir que era su amiga. En lugar de eso, empecé a buscar formas insignificantes o tontas de avergonzarla o menoscabarla delante de tu padre. Me convertà en lo que los adolescentes llaman ahora una âchica malaâ.. Mirando hacia atrás, no estoy orgullosa de cómo me comporté, pero era lo que
habÃa.
Tu padres va descubrimos que éramos pareja unos seis meses después de épre él
y
que y Cesilia empezaran a salir, asi que sentà que habÃa ganado la batalla definitiva.
To padre remple inmediatamente con Cecilla y ella se mudó. Más tarde supimos que habia encontrado a su pareja en otra manada y que era un lobo beta. En privado me alegré de haber sido yo la que habÃa conseguido al lobo alfa.
Años después, cuando estaba embarazada de ti, fui con tu padre a una gran conferencia de lobos alfa y beta. Me sentÃa gorda y emocional.
Estaba hablando con Margie y un par de lobas más cuando Cecilia entró en el salón de actos. Llevaba un vestido negro ajustado que resaltaba todas sus curvas y llevaba el pelo rubio rizado a la perfección. Estaba aún más guapa que antes⦠mientras que yo me veÃa y me sentÃa como una mosca.
Vi como tu padre se fijaba en ella y como se acercaba a saludarla a ella y a su pareja. Estaba furiosa de celos, tanto viejos como nuevos. De hecho, cuando vi a tu padre besarla en la mejilla, mi lobo y yo estábamos dispuestos a abalanzarnos sobre Cecilia para proteger lo que era nuestro. Realmente no estaba segura de cómo iba a pasar toda la conferencia con ella allÃ.
Las lobas con las que estaba hablando cuando ella llegó debieron de darse cuenta de mi expresión, porque una de ellas bromeó diciendo que deberÃa ponerle laxantes en el té para mantenerla en el baño el resto de la conferencia. Yo sabÃa que estaba bromeando y todos nos reÃmos, pero por desgracia, la semilla se habÃa plantado en mi mente.
Una hora más tarde, tuve que ir al baño por enésima vez ese dÃa. Cecilia me siguió y sólo pasaron un par de minutos antes de que volviéramos a nuestros viejos patrones adolescentes de intentar superarnos mutuamente. Me burlé de ella diciéndole que yo habÃa conseguido un alfa, mientras que ella se habÃa apareado sóloâ con un lobo beta. Cecilia, por su parte, me preguntó cómo estaba disfrutando de sus sobras. También me preguntó si a tu padre todavÃa le gustaba hacer⦠ciertas cosas⦠en el dormitorio, y si me habÃa enseñado un par de sus juguetes sexuales.
Eso fue el punto lÃmite para mÃ. Imaginar a Cecilia y a tu padre teniendo sexo nos volvió locas a mi loba y a mÃ. Decidà en ese mismo instante que le darÃa a esa p* rra una lección que nunca olvidarÃa.
Durante la hora del cóctel de esa noche, estaban sirviendo una variedad de frutas quesos y otros aperitivos. También tenÃan unas fresas realmente interesantes, que estaban einpapadas en tequila y cubiertas de azúcar. Ya habÃa localizado laxantes de beleño en la tienda de regalos del hotel y pensé que las fresas especiales ocultarÃan perfectamente los laxantes.
Llené dos platos pequeños con varios aperitivos, incluyendo algunas fresas.
Disimuladamente, puse los laxantes a una de las fresas y, a continuación, me acerqué y le ofreci a Cecilia uno de los platos como âofrenda de pazâ.
Ella agarró el plato, pero antes de que Cecilia pudiera comer alguna de las fresas, alguien más se adelantó y me acusó de intentar drogar a Cecilia. Supongo que no habÃa sido tan discreta como creÃa.
COIN BUNDLE: get more free bonus