Capítulo 50
Emparejada
CapÃtulo 50
La acusación de envenenamiento causó una gran conmoción. Tu padre, Margie y Robert vinieron a ver qué pasaba y a apoyarme.
En ese momento, me encontraba en una situación horrible. Si admitÃa que habÃa intentado drogar a Cecilia, habrÃa supuesto una tremenda vergüenza para tu padre y para nuestra manada. Además, como estábamos en territorio de otra manada y el consejo de hombres lobo estaba presente, lo más probable es que me hubieran impuesto un castigo muy severoâ.
Hice una pausa para respirar hondo y limpiarme las lágrimas de la cara.
â¿Qué hiciste después, madre?â, preguntó James. Me di cuenta de que intentaba ser amable conmigo, pero también de que cada vez tenÃa más miedo de la dirección que estaba tomando esta historia.
Me miré las manos y segui la historia en un susurro.
âNo sabÃa qué hacer y me estaba entrando el pánico. Decidà hacer lo único que se me ocurrió: negar rotundamente haber puesto nada en las fresas.
Pero entonces, la pareja de Cecilia se adelantó y me sugirió que demostrara que no habÃa hecho nada malo comiéndome las fresas yo mismo. ParecÃa una solución razonable, pero como sabes, soy extremadamente alérgica a las fresas. De hecho, esa fue una de las razones por las que pensé que las fresas serÃan un alimento perfecto para dosificar a Cecilia, porque sabÃa que no mezclarÃa los platos.
Sinceramente, le dije a la pareja de Cecilia que no podÃa comer fresas debido a mi alergia. Eso me libró de tener que comérmelas, pero entonces tu padre, que confiaba plenamente en mi, sugirió que en su lugar se llevaran las fresas a prueba. También propuso que Cecilia, su pareja y mi acusador tuvieran que pedirme disculpas públicamente una vez que los resultados de las pruebas demostraran mi inocencia.
Me conmovió que tu padre se pusiera de mi parte en lugar de la de Cecilia, y sin embargo me hizo sentir aún más desesperada. Obviamente, no podÃa dejar que las fresas se sometieran a las pruebas.
+15 BONUS
Entonces, se me ocurrió una idea. Me quejé a todo el mundo de que las pruebas llevarÃan demasiado tiempo. Como alternativa, sugerà que Margie, mi mejor amiga y la hembra Beta de nuestra manada, se comiera las fresas en mi nombre.
Al principio, Margie dudó, asà que la conecté mentalmente. Le aseguré que todo estarÃa bienâ.
Volvà a hacer una pausa y me tomé otro momento para secarme las lágrimas.
âAl igual que tu padre, Margie confiaba plenamente en mÃ. Asà que, tras recibir mi enlace mental, Margie no dudó más. Se comió rápidamente las tres fresas que yo habÃa puesto en el plato de Cecilia. Cecilia y su pareja seguÃan desconfiando, pero después de que Margie se comiera las fresas y no le pasara nada, se vieron obligados a disculparse y dejarlo pasarâ.
Y ahora.. la peor parte de la historia⦠TendrÃa que apartar la mirada tanto de James como de Nick para esta parteâ¦
âDebà haberle confesado inmediatamente a Margie lo que habÃa hecho, pero me sentÃa avergonzada y apenada. También pensé realmente que lo peor que le pasarÃa a Margie serÃa el efecto laxante, que probablemente le darÃa una intoxicación alimentaria estándar. Y me dije a mà misma que, de todos modos, no habÃa puesto mucho laxante en la fresa, por lo que sólo habÃa una pequeña posibilidad de que Margie lo sintiera.
Si Margie hubiera sido una mujer lobo normal, habrÃa tenido razón. En los hombres lobo normales, los laxantes de acónito funcionan igual que los laxantes. normales en los humanos. En pequeñas dosis, los laxantes ablandan sus heces; en dosis más altas, simplemente los hacen sentir miserables e incómodos por un tiempo sin ningún daño a largo plazo.
En los laxantes de acónito, la cantidad de acónito que se les añade es muy pequeña, lo justo para superar las tendencias curativas de nuestros lobos.
El problemaâ¦. El⦠El problema es que en eâ¦emâ¦â.
Me costó terminar la frase.
â¿Madre?â.
âEl problema es que en las lobas embarazadas, cualquier cantidad de acónito es
peligrosa para un cachorro, especialmente en las primeras etapas del embarazo.
Y⦠Margie estaba embarazada. Resulta que ella y Robert habÃan descubierto que estaba embarazada unas semanas antes de la conferencia. Estaba esperando para contarnoslo a Randall y a mÃ, porque querÃa asegurarse de que su cachorro estaba sano y porque Margie seguÃa un poco dolida por haber tardado en hablarle de ti.
Pero ya se lo habÃan dicho a los dos padres, ya habÃan empezado a preparar una habitación de bebé y ya habÃan acordado un nombre: Tyler.
Les prometo que no sabÃa que estaba embarazada. Si lo hubiera sabido, todo habrÃa sido diferente. No me enteré hasta que Robert le dijo a tu padre, asustado, que Margie estaba muy enferma y que él estaba muy preocupado por ella porque
estaba embarazada.
Cuando me enteré, confesé todo inmediatamente. Tu padre llamó al Dr. Hyder, quien vino a ayudar inmediatamente⦠pero ya era demasiado tarde.
A Margie le dio un aborto espontáneo de Tyler esa nocheâ.