Chapter 150
Resistiendo al amor de Mi Ex-Marido
CapÃtulo 150 Al enterarse de que Clara estaba bien, Bella le contó lo ocurrido.
-Aunque no estoy segura de si fue Luis quien lo instigó, por precaución, Clara, no salgas de casa esta noche. - advirtió Bella.
-¡Ese desgraciado se atreve a amenazarte! ¡Debo ir a enseñarle una lección! Exclamó Clara, enfurecida, al enterarse de que Bella habÃa sido amenazada.
Bella la detuvo. Si lo confrontas, él negará todo y será más fácil que él tenga pruebas en su contra. Te llamé principalmente para recordarte que tengas cuidado y no le des oportunidades a Luis.
¡El no se atreverÃa a tocarme! Continuó Clara: -Tengo suficientes pruebas en su contra, pero debido a que somos pareja y él es el padre de mi hijo, no he tomado medidas drásticas. Sin embargo, si se atreve a hacerte algo, jestaré dispuesta a enfrentarlo incluso si pierdo todo lo que tengo! Bella sintió calidez en su corazón.
Aunque habÃa una diferencia de edad entre ellas, Clara era alguien valiente y decidida, una amiga verdadera. Clara, no te enfades demasiado. Pedro dijo que investigará este asunto a fondo. Te informaré si hay alguna novedad aseguró Bella.
Después de conversar un poco más, ambas colgaron.
Esa noche, Pedro no regresó a la habitación hasta que Bella se durmió.
Seguramente estaba muy enojado con ella La persona que solÃa seguirlo y preocuparse por él, de repente ya no le prestaba atención. Cualquiera sentirÃa un vacÃo en su corazón.
Lo que su abuelo decÃa sobre los supuestos cambios de Pedro, probablemente era una especie de disgusto.
Pero a ella no le importaba si él estaba satisfecho o no. Mientras ella estuviera feliz, eso era suficiente.
Al dÃa siguiente, cuando Bella se levantó, no a Pedro por ningún lado. No sabÃa si los dos hombres habÃan descubierto algo la noche anterior.
Miró la hora y decidió invitar a su tÃo y tÃa a cenar.
Por un lado, querÃa sondearlos para saber cuántas posibilidades habÃa de que Sara se fuera al extranjero.
Por otro lado, querÃa informarles. Ella no era la señora Romero y su divorno estaba bajo su control. Para su invitación, la tÃa no se negó.
Para evitar cualquier insatisfacción de la tÃa, Bella decidió reservar en un famoso restaurante giratode lujo en Ciudad Mar.
El lugar tenÃa un ambiente agradable, ubicado en el piso más alto, permitiendo a los comensales disfrutar de la vista panorámica de la ciudad desde todas las direcciones mientras la plataforma giraba lentamente.
Además, ofrecÃan una amplia variedad de platos, desde cocina china hasta occidental, con énfasis en ingredientes frescos y diversos.
Al mediodÃa, Bella condujo hasta el restaurante giratoy sus tÃos ya estaban allÃ.
Bella se acercó para saludar, pero se cuenta de que Pedro estaba parado no muy lejos de ellos.
Estaba hablando por teléfono, vistiendo un elegante traje negro con una sencilla camisa blanca debajo. Incluso con el atuendo más común, seguÃa luciendo como un modelo profesional.
Al verla, solo le lanzó una mirada antes de continuar con su trabajo con calma.
Según Fiona, Pedro habÃa salido temprano por la mañana. Ella pensó que estaba ocupado con el trabajo, ¿cómo habÃa encontrado tiempo para venir a comer aquÃ? No lo habÃa invitado tampoco.
Y con él allÃ, ¿cómo podrÃa hablar con franqueza con sus tÃos?
-Bella, ¿por qué estás parada allà como una tonta? Ven y siéntate la tÃa le dijo amablemente como sila última vez no hubiera sido quien la habÃa desgarrado en el acuerdo de divorcio. Bella se acercó a ellos y notó que no solo la tÃa estaba de buen humor, sino que su tÃo también tenÃa una rara sonrisa en su rostro.
¿Qué habÃa pasado?
-Bella, gracias a la ayuda de Pedro, finalmente logré firmar el contrato con Corporación Mar. Justo estaba a punto delinvitar a Pedro a comer, y luego tú dijiste que nos invitabas, asà que decidimos comer juntos. Después de todo, somos familia. Dijo el tÃo Alejandro con generosidad-. ¡Hoy pago la cuenta! ¿Pedro realmente ayudó a su tÃo? ¿No habÃa ella rechazado su ayuda?
Justo en ese momento, Pedro terminó su llamada y se acercó ka tÃa interving; Astes, túy Pedro no tienen que ser tan formales. ¡Coman y beban todo lo que quieran! -Ah, por cierto, Bella. -dijo la tÃa, como si recordara algo, sacando una elegante caja de su bolso. Today's Bonus Offer X