Capítulo 241
Resistiendo al amor de Mi Ex-Marido
CapÃtulo241 Después de finalizar la llamada con la abuela Romero, ya era casi hora de embarcar, asà pasaron el control de seguridad y abordaron el avión.
Aproximadamente dos horas después, Bella y su tÃo Ellegaron a la Provincia de Lago.
que Como ya era tarde, decidieron alojarse primero en el hotel y visitar al viejo amigo de su tÃo al dÃa siguiente por la mañana.
Más tarde, Bella los llevó a probar la deliciosa cocina local.
De vuelta en la habitación del hotel, Bella revisó su teléfono y encontró una llamada perdida de Pedro.
Probablemente no la escuchó durante la comida, que estuvo algo ruidosa.
Además de la llamada, Pedro también le habÃa enviado un mensaje de texto: [¿Ya llegaron?] Pero como ya habÃa pasado más de una hora, Bella decidió no responder. En su lugar, sacó de su maleta y se fue al baño.
гоÑа Villa Dragón.
Pedro volvÃa a la vieja residencia.
Al entrar al vestÃbulo, Fiona se acercó a preguntarle si querÃa beber algo.
Pedro negó con la cabeza.
Aunque la escena era bastante similar a sus llegadas habituales, Pedro tenÃa una extraña sensación de que la casa se sentia vacÃa.
-Señor, los bollos que sacó del coche anoche, los he guardado en el refrigerador. ¿Los va a regalar o los dejará para que los coma la señora? -preguntó Fiona.
Dado que Pedro rara vez comÃa bocadillos, Fiona no estaba segura de qué hacer con ellos. Pero Pedro ya habÃa olvidado ese pequeño detalle.
Eran los bollos que Bella querÃa comprar para los dos ancianos. Con todo el ajetreo de anoche, se les habÃa olvidado por completo.
Qué atento detalle de la chica, acordarse de llevar una especialidad local para los mayores de la casa, incluso cuando estaban de viaje.
Recordaba que antes Bella solÃa buscar tiendas de delicias curiosas para que él las probara juntos Pero él siempre rechazaba por considerarlo una pérdida de tiempo.
Luego ella simplemente los traÃa a casa y los compartÃa con él.
Pero él nunca se detenia a disfrutarlos.
VeÃa cómo su mirada de ilusión se apagaba.
+15 BONUS Sin embargo, al dÃa siguiente, Bella volvÃa a mostrarse radiante y alegre, revoloteando a su alrededor... Pedro decidió enviarle un mensaje a Bella: [¿Qué hago con los bollos?] Pero, como de costumbre, ella tardó en responder.
-Déjalos por ahÃ.
Le dijo a Fiona, y subió a toda prisa las escaleras.
Pedro ya habÃa planeado ir al estudio, pero cuando pasó por el dormitorio, volvió a entrar sin querer. Después de todo, era el dormitoy, a menos que se le indicara, Fiona generalmente no entraba a limpiar.
En ese momento, la habitación era más o menos igual que de costumbre: la cama tenÃa la manta que Bella habÃa tirado, habÃa varios cojines suyos en la mesita de noche y junto al armahabÃa un vaso de agua y algunas de sus pequeñas decoraciones.
Pedro miró alrededor rápidamente y se la vuelta para salir.
De repente, algo en la papelera: la lámpara de cristal que habÃa comprado en el último viaje de negocios.
En el free shop del aeropuerto, al pasar esa lámpara con forma de conejo y pensó en cómo le gustarÃa a Bella.
Asà que la compró y la puso en el dormitorio.
A Bella parecÃa gustarle mucho y la habÃa colocado en la mesita de noche esa misma noche.
¿Por qué la habÃan tirado a la basura? ¿Se habÃa roto? Volvió a enviarle a Bella. [¿Por qué está la lámpara de cristal en la basura, se rompió?] Pero, una vez más, no obtuvo respuesta.
Pedro regresó a la biblioteca, y después de ocuparse de unas m cuantos correo electrónicos, su teléfono seguÃa sin sonar.
Anoche la habÃa llamado y enviado varios mensajes, pero Bellano len varios habÃa respondido y lo habÃa bloqueado de WhatsApp. Hoy volvió a llamarla e incluso le envió tres mensajes más, ¡pero Bella seguÃa ignorándolo! De pronto, Pedro sintió una oleada de enfado.
Marcó el número de Miguel y le dijo: -Averigua el hotel donde se donde se algian Bella y el número de recepción, necesito esa información de inmediato. Today's Bonus Offer X